I DE III ENTREGAS
Un informe del Gobierno sandinista encontrado entre los archivos desclasificados de la Oficina de Contraespionaje de la desaparecida Seguridad del Estado (Stasi) de Alemania del Este, podría arrojar un poco de luz sobre la cantidad de muertos que dejó la guerra civil durante la década de los ochenta, y que hasta ahora se mantienen como un secreto militar.
En el informe obtenido por LA PRENSA con datos oficiales del Gobierno sandinista, registra 18,963 muertos por la guerra civil en un período que va de 1980 al 10 de diciembre de 1986. Aunque aún falta por esclarecer cuántos nicaragüenses murieron en los años posteriores.
Por primera vez se tiene un dato oficial sobre este conflicto (que goce de alguna verosimilitud), dado que los datos de la época estaban comprometidos por la conveniencia de los bandos que los ofrecían.
En los años posteriores a la guerra, el Ejército se ha negado a revelar esta información.
Archivos de periódicos también refrescan la memoria. El primero de enero de 1987 el presidente Daniel Ortega Saavedra ordenó cadena de radio y televisión para emitir su tradicional discurso de año nuevo.
En su informe explicó, entre otras cosas, que los enfrentamientos del año recién finalizado habían dejado 1,099 soldados fallecidos y 1,798 heridos, y del lado contrario, o sea de la contrarrevolución, calculaba unas 6,600 bajas, incluyendo 4,000 muertos.
No había sido muy diferente al reporte de 1985, que publicaba The New York Times , que de inmediato consultó a Adolfo Calero, líder de una de las facciones de la Contra. El rebelde declaró que los datos de Ortega eran irreales y que, para acercarse a la verdad, había que multiplicar por tres las bajas sandinistas asumidas por Ortega y asimismo dividir entre tres las bajas achacadas a la Contra.
Entre los archivos desclasificados de la Stasi se encuentra un documento con datos oficiales desde 1980 al 10 de diciembre de 1986, con un recuento de 18,963 personas muertas por la guerra civil, faltando parte de diciembre de 1986, 1987, 1988 y 1989; se suman 9,663 heridos, así como 7,790 secuestros o capturados para un total de 36,416 víctimas.
El cuadro 11 del reporte “The defeat of the Counterrevolution”, impreso como boletín y del cual LA PRENSA tiene una copia, revela que la mayor parte de los muertos fueron “militares” con un total de 8,571, le siguen campesinos con 7,120, también habían 448 trabajadores, 540 estudiantes, 459 profesores o profesionales y 276 más clasificados como “otros”.
El reporte, fechado en 1987 e impreso en inglés, tiene un tono evidentemente oficial y está ilustrado con una serie de tablas estadísticas, pero no define qué institución es la autora, aunque sí cita fuentes como el Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos (INEC), la Presidencia de la República y el Ministerio de Defensa.
Está clasificado con la signatura MfS HA II, carpeta 27399, páginas 169 hasta la 196, que lo identifica como archivo del Ministerio de Seguridad y directamente del departamento de contraespionaje. El documento, como miles de páginas del aparato socialista alemán, están en Berlín resguardados por una institución federal.
Los datos de la Stasi no incluyen los años cuando el EPS sufrió más ataques y la Contra mejoró su capacidad militar. En 1987 la Resistencia recibió 100 millones de dólares del Gobierno de Ronald Reagan y adquirió equipo antiaéreo que restó capacidad a la Fuerza Aérea Sandinista que les había causado muchas bajas en los dos años anteriores. La guerra no concluyó hasta la victoria de la oposición, a pesar del acuerdo de cese el fuego en 1988.
DATOS CONTRADICEN A HUMBERTO ORTEGA
El General en retiro Humberto Ortega, Comandante en Jefe del entonces Ejército Popular Sandinista (EPS) y actualmente en retiro, aseguró en un artículo publicado en septiembre que los muertos del Servicio Militar Patriótico pudieron ser unos tres mil 500.
Sin embargo, el número de muertes aumenta fuertemente a partir de 1983. En octubre de ese año comienzan los reclutamientos obligatorios, incluso de adolescentes, aunque la ley sólo exigía a mayores de 18 años cumplir el servicio.
En 1982 reportaron 353 muertos, al año siguiente 2,855, pero en 1984 fueron 4,425, al año siguiente 6,209 y más de 6 mil también en 1986.
“La mayoría de las víctimas de guerra vivía en las regiones más lejanas del país, donde las montañas y la jungla facilitan ataques terroristas”, advierte el reporte. La gráfica 12 detalla los muertos, heridos y secuestrados por región: Las Segovias con 1,112 fallecidos y la zona septentrional (Jinotega y Matagalpa) con 1,568.
El mismo reporte identifica por ejemplo que desde 1981 hasta 1986 el número de bajas dentro de la Contra fue de 17,289, sin especificar muertos, heridos y capturados.
La tabla 4 advierte además que entre 1980 y 1986, la Contra atacó 550 veces desde Costa Rica y Honduras, mientras el Center for International Communication, citado en un artículo del politólogo Gary Prevost, decía que hasta 1985 había 3,278 combates.
Las cifras oficiales, como casi todos, también son generales y en muchos casos contradictorias.
El Gobierno sandinista consideraba que en 1986 había seis mil rebeldes, pero datos estadounidenses de la época estimaban entre 8 mil y 14 mil. Finalmente, en 1990 se desmovilizaron más de 20 mil contras.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A ,6 A