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Ariel Pestano es recibido tras disparar jonrón en el sexto inning, luego que Frederich Cepeda había dado otro palo que estableció diferencias claras. (Fotos LA PRENSA/AP)

FUE IMPACTANTE

Un vértigo de espanto. Eso fue para Venezuela la sorprendente y humillante derrota por 7-2, frente al revitalizado, inspirado y destructivo equipo cubano. Lo siento Chávez, pero cuando se trata de beisbol, estamos en aceras opuestas y no hay tregua, puede haber dicho el telegrama enviado por Fidel. El sólido pitcheo abridor de Yadiel Martí, […]

Un vértigo de espanto. Eso fue para Venezuela la sorprendente y humillante derrota por 7-2, frente al revitalizado, inspirado y destructivo equipo cubano. Lo siento Chávez, pero cuando se trata de beisbol, estamos en aceras opuestas y no hay tregua, puede haber dicho el telegrama enviado por Fidel.

El sólido pitcheo abridor de Yadiel Martí, ese chavalo de 21 años capaz de masticar carbones encendidos sin parpadear, quien mantuvo sin hit a los bateadores venezolanos inutilizándolos por 4 entradas; el gran scone del veterano Pedro Luis Lazo con las bases llenas sin out en el cierre del quinto, mostrando su temperamento, control y recursos; el hit impulsador de Ariel Borrero contra el ganador del Cy Young 2004 en la Liga Americana, Johan Santana, líder en efectividad y ponches en el 2005; y el jonrón de tres carreras conectado por Frederich Cepeda durante la violenta arremetida de cinco carreras realizada por Cuba en el inicio del sexto, fueron los factores que empujaron a Cuba hacia una victoria de estrépito inesperado.

Curiosamente, una pelota bateada por Osmani Urrutia, que se metió en la camisa de Omar Vizquel, abrió el piso para Venezuela mientras Cuba crecía, sacaba sus hondas, colocaba las piedras, y golpeaba al supuesto Goliath con jonrones consecutivos de Frederich Cepeda y Ariel Pestano en ese ruidoso quinto inning de cinco carreras.

En la madrugada del juego, apenas el segundo inning, con dos outs y hombres en las esquinas, el zurdo Ariel Borrero saltó como lince encima de una bola rápida de Santana que buscaba la esquina de afuera y la conectó con violencia hacia el jardín izquierdo, adelantando a Cuba 1-0.

Santana reaccionó con 10 outs seguidos antes de salir, pero Yadiel Martí, out tras out, fue comprobando que podía apretarles cuellos y bates a los venezolanos, y durante cuatro innings los mantuvo sin hit ponchando dos veces a Miguel Cabrera.

Los cohetes consecutivos de Maglio Ordóñez y Ramón Hernández, alteraron los nervios de Higinio Velez. Ya estaban descifrando los pitcheos de un muchacho todavía inexperto, y era conveniente traer a un viejo león con mucha consistencia como lo es Pedro Luis Lazo.

Una falla defensiva del propio Lazo llenó las bases sin out, pero el derecho, tan grande y efectivo como Rivera o Billy Wagner, dominó a Endy Chávez, Omar Vizquel y Carlos Guillén para congelar el peligro. Cedió dos carreras en el séptimo y continuó con otro cero en el octavo, antes de dominar el noveno rápida y fácilmente, aunque sin alardes.

Ahora, con Dominicana esperándolos en la vuelta de la esquina, los cubanos han recuperado el respeto que les habían perdido, y vuelven a ser una seria amenaza para cualquiera.

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