SAN JOSÉ/AFP
Cientos de furgones cargados de mercancías permanecían varados este sábado en el puesto aduanero de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua, tras dos días de cierre de la frontera por parte de las autoridades nicaragüenses, informaron fuentes oficiales.
La medida constituye, al parecer, una represalia por limitaciones impuestas por Costa Rica a la importación de frijoles nicaragüenses, “pero no tenemos certeza de qué se trata”, dijo a la AFP la viceministra costarricense de Comercio, Amparo Pacheco.
“La situación es terrible en la frontera, hemos tratado por todos los medios de resolver el problema pero no hay respuesta de parte de Nicaragua, simplemente nos dicen que se trata de órdenes superiores, del más alto nivel”, aseguró la funcionaria.
De acuerdo con Pacheco, los ministros de Agricultura de ambos países coincidieron en una reunión en Panamá y aprovecharon para tratar el tema, que en apariencia había quedado resuelto la tarde del viernes, “pero la frontera sigue cerrada”.
También la Cancillería efectuó gestiones ante su contraparte nicaragüense que han resultado infructuosas, señaló.
Según el diario La Nación, filas de hasta 150 furgones permanecían estacionados en las inmediaciones del puesto de Peñas Blancas, 300 km al norte de San José, algunos de ellos con mercadería delicada o perecedera.
El viceministro de Agricultura, Carlos Villalobos, dijo que se presume que la molestia de Nicaragua se originó en una orden del Ministerio de Agricultura de efectuar exámenes de laboratorio a una carga de frijol procedente de ese país, para determinar si contenía restos de plaguicidas organofosforados.
Además, exigieron que el grano venga empacado en sacos y transportado en tarimas y no sobre el piso de los camiones, explicó Villalobos.
Sin embargo, Pacheco dijo que la reacción de Managua podría estar relacionada con cualquier otro aspecto de relaciones bilaterales, porque “no tenemos una versión oficial”.