Nicaragüense de Derechos Humanos (ANPDH), Roberto Petray, se sumó a las críticas que en los últimos días han causado los nombramientos de militares en retiro en cargos públicos, efectuados por el presidente Daniel Ortega.
Petray consideró como un tráfico de influencias el hecho de que Ortega esté haciendo estos nombramientos, que superan los 17 en cargos claves en instituciones como los ministerios de Salud y Educación, por ejemplo.
“Para nosotros no es recomendable”, reaccionó el defensor de los derechos humanos, tras recordar que “hay miles de nicas hambrientos y sedientos de un empleo”.
Representantes de diversas centrales sindicales aseguraron en enero que en los tres años de gobierno de Ortega, más de 11 mil personas han perdido sus empleos.
Petray recordó que los militares, con grados de coronel hasta general, que son los que están siendo ubicados en los cargos del Estado, además de la pensión que reciben (de más de mil dólares) después de pasar a la vida civil, tienen “grandes prebendas”.
“Deberían dejárselos (los cargos) a otros ciudadanos que necesitan un empleo”, aconsejó Petray, quien señaló que “en esto se demuestra que hay influencias, que por ser militar se llega fácilmente a un cargo”.
El jueves pasado LA PRENSA tituló “Militares copan el Ejército”, cuando se refirió al nombramiento de militares retirados para ocupar puestos en el Estado.
Al comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, general Julio César Avilés, no le pareció que “copar” fuese la palabra más indicada, aunque reconoció que posiblemente la lista de 17 militares que mencionaba esa edición pueda ser de “un poquito más”.
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