LA HABANA/AFP
El periodista opositor cubano Guillermo Fariñas cumplió este sábado dos meses de huelga de hambre exigiendo la excarcelación de 26 presos políticos en mal estado de salud, y señaló que está dispuesto “mas que nunca” a proseguir su protesta.
“En la coyuntura en que se está debatiendo el Gobierno (cubano) ahora mas que nunca hay que proseguir” la huelga, dijo Fariñas telefónicamente a la AFP desde el hospital provincial de Santa Clara, donde está ingresado desde el 11 de marzo.
“En este momento, por el bien de nuestros hermanos de lucha tanto los que están presos, como los que están en la calle, debemos continuar esta batalla a pesar de que ya llevamos 60 días”, añadió.
El disidente dijo que su estado de salud es “estable dentro de la gravedad” y su peso corporal actual es de 67kg, más bajo que los 81kg, cuando comenzó la huelga.
Fariñas, un sicólogo de 48 años que perteneció a las tropas élites de Fidel Castro en los años 80, inició su protesta el 24 de febrero, un día después de la muerte del preso Orlando Zapata, de 42 años, quien mantuvo hasta su fallecimiento un ayuno de 85 días en reclamo por mejoras carcelarias.
La muerte de Zapata y la huelga de Fariñas, así como frecuentes caminatas de las Damas de Blanco, familiares de los presos políticos condenados en 2003, levantaron fuertes críticas de gobiernos, parlamentos y organismos internacionales a Cuba, que el Gobierno de Raúl Castro rechaza como una “campaña mediática” promovida por Estados Unidos.
Las autoridades cubanas consideran la huelga de Fariñas como un “chantaje” al que se niegan a ceder, y al propio Fariñas y los disidentes como “mercenarios” que reciben apoyo financiero de Washington.
“La mayoría de la opinión pública internacional se ha virado hacia Cuba, está escrutando a Cuba y está cuestionándose lo que está ocurriendo con la violación o no de los derechos humanos e incluso hasta la izquierda misma está escrutando, asumiendo posiciones”, dijo Fariñas.