Bogotá/EFE
La Policía colombiana anunció hoy el pago de unas recompensas todavía no tasadas a “varias fuentes” que facilitaron la detención en Venezuela del ideólogo guerrillero “Julián Conrado”, conocido como el “cantante” de las FARC.
“Se pagará a varias fuentes (humanas) que colaboraron en el proceso de localización de alias Julián Conrado”, informó el director de la Policía Nacional, el general Óscar Naranjo, durante un encuentro con la prensa en Bogotá.
El oficial dijo que el reconocimiento de las recompensas fue decidido por los “servicios de investigación criminal y de inteligencia” de su institución, que fue la que aportó a Venezuela los datos que permitieron la detención del líder rebelde.
“La suma (de las recompensas) no se ha determinado”, apuntó luego.
“Julián Conrado”, alias de Guillermo Enrique Torres Cueter, fue arrestado el pasado 31 de mayo en una finca del estado venezolano Barinas, donde vivía en la clandestinidad desde hacía, al parecer, ocho meses.
Naranjo precisó que el rebelde, de 57 años, fue encontrado en un domicilio campestre distante treinta minutos de la zona urbana del poblado de Barinitas y situado al borde de una carretera.
Allí estaba “tratando de contener este proceso de búsqueda trasnacional (…) en total clandestinidad”, agregó.
Una mujer acompañaba al jefe insurgente, continuó Naranjo, pero apuntó que ella fue dejada en libertad porque no tenía en contra ningún requerimiento judicial.
Torres era buscado por mandato de una circular roja de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y también por la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) por cargos de narcotráfico y conspiración.
En este contexto, el general destacó que el caso de Torres estaba en el “programa de recompensas de los Estados Unidos de primer nivel”.
“Los Estados de Unidos tenían a este individuo entre los diez terroristas más buscados del mundo”, anotó.
El Gobierno estadounidense ofrecía 2,5 millones de dólares por el rebelde.
En Colombia, Torres tenía en contra ocho órdenes de captura emitidas por fiscales en distintas fechas entre 1999 y 2001, por delitos como homicidio, terrorismo, rebelión, extorsión y porte ilegal de armas y prendas de uso privativo de las Fuerzas Armadas.
Con una trayectoria de 28 años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y conocido por sus aptitudes musicales, sobre todo en el ritmo vernáculo del vallenato, “Julián Conrado” comenzó su carrera rebelde en la costa norte del país, de la que era originario.
A finales de los años noventa se trasladó al sur del país, para vincularse con el fracasado proceso de paz que el grupo rebelde mantuvo de noviembre de 1998 a febrero 2002 con el Gobierno de la época.
Tras la ruptura de ese proceso, “Julián Conrado” se quedó en esa región, dominada por el poderoso Bloque Sur, de cuyo Estado Mayor Conjunto hizo parte.
Según los registros policiales, el rebelde trabajó de cerca con el exportavoz internacional y segundo al mando de las FARC, Luis Édgar Devia, alias “Raúl Reyes”, muerto en marzo de 2008 durante un bombardeo colombiano a su campamento en las selvas del norte ecuatoriano.
La misma fuente apuntó que desde 2005 se tenían antecedentes de las “actividades políticas clandestinas y de movimiento de masas” que Torres realizaba en el Putumayo, departamento de la frontera sur con Ecuador.
Posteriormente, en una fecha no precisada por la policía, el rebelde fue “enviado a Venezuela, con identidad falsa, para desarrollar trabajo político en favor de las FARC sobre la plataforma del Movimiento Continental Bolivariano”.
