Aprendiendo a ser cada vez mejor padre
Ser buen padre no es sencillo, ser buen padre pasa por ser buen esposo y ser buen esposo pasa por ser buen hijo. El hijo que honra a sus padres, es decir que les ama, les cuida, les respeta, les protege, les provee lo necesario; ese será buen esposo. Las mujeres casaderas, deberían de poner mas énfasis en esta virtud, que en las comúnmente consideradas: que si es guapo, si está preparado para sostener un hogar u otros aspectos materiales y a veces superficiales.
Se debe tener siempre en cuenta que la paternidad responsable se da en el seno de una familia y para los efectos de este mensaje la familia se conforma de personas que establecen relaciones entre sí y el conjunto de los individuos representan el todo. Ello significa que allí donde las relaciones entre la pareja no son las adecuadas, el todo, la familia sale afectada, por ello el buen padre tiene siempre presente que como cabeza de su familia, debe esmerarse en mantener relaciones de amor con todos los miembros de su familia.
“Esposos amen a sus esposas . Hijos obedezcan a sus padres . Padres, no hagan enojar a sus hijos, críenlos según la disciplina y enseñanzas de Dios” (Carta del apóstol San Pablo a los Efesios 5:25; 6:1,4).
En el contexto del día padre que la sociedad celebra en estos días, es importante que los padres de familia nos esforcemos por practicar cotidianamente un precepto básico en nuestras relaciones con los hijos: Acceso.
Los padres debemos poner nuestros mejores esfuerzos y sobre todo mucho amor para no caer en la figura del padre ausente, para ello es necesario ser accesibles con nuestros hijos.
Los padres debemos crear el clima de confianza necesario para que nuestros hijos se sientan en libertad de abordarnos, ellos deben saber en que momento pueden acceder a nosotros.
La principal responsabilidad en la relación es del padre. En todo momento el buen padre esta pendiente y atento a las actuaciones de sus hijos, independiente de cargas de trabajo, de problemas etc… La familia, la relación con la pareja en primer lugar y con los hijos en segundo lugar, en la escala de prioridades debe estar por encima del trabajo y demás problemas cotidianos. El buen padre, invierte amor, ternura, tiempo, ejemplo y recursos en la formación integral de sus hijos.
El buen padre mantiene el balance adecuado en las relaciones de la familia, es accesible a los hijos, les dedica el tiempo necesario para su formación integral, pero no se olvida de la pareja, por el contrario, la atención a la pareja, el amor, el buen trato, el cuidado, la comprensión, el respeto a la pareja, se intensifican una vez que vienen los hijos porque una pareja sólida, fundada en el amor, tiene altas probabilidades de formar hijos con carácter correcto, triunfadores que serán orgullo y corona de sus padres y de la sociedad.
Para mayor información escribir a [email protected] o llamar al 89924325. Le invitamos a escuchar El Taller del Maestro, los domingos a las 5 p.m. en radio Maranatha, 103.5 FM
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