Querida Nicaragua: El gobierno no logró engañar a nadie. Nadie se ha tragado la enorme píldora del subsidio en el espeluznante aumento de la tarifa del servicio eléctrico. Como si fuera poco lo que pagamos, vienen ahora con el aumento del 41.8 por ciento, el cual no se pagará hasta el próximo año, en enero, cuando hayan pasado las elecciones.
Por supuesto que nadie mordió el anzuelo. Todos los sectores nacionales reaccionaron al mismo tiempo comentando la falta de compasión con el pueblo pobre. Están montando un truco electorero. Si votan por Daniel es posible que este aumento lo subsidie el gobierno, si votan por otro, no.
Muy bondadoso el gobierno. El truco es clarísimo. Daniel Ortega en estos seis meses va a subsidiar ese aumento, pero si gana la elección otro partido, el pueblo tendrá que pagarlo. Porque sin el orteguismo no podrá haber subsidio.
Pero, el nuevo gobierno que derrotará al orteguismo revertirá todas sus arbitrariedades y pondrá en orden a la nación. Comenzará por respetar la Constitución, revisará todo ese ocultamiento de tarifas que han hecho con los servicios públicos, pondrá en orden la factura petrolera que llega de Venezuela, la misma que le llega en un viejo arreglo a todos los países centroamericanos y del Caribe.
El nuevo gobierno tendrá compasión por este pueblo pobre que necesita que alguien piense en él con verdadero amor. El nuevo gobierno no preguntará quien es liberal o conservador, quien es socialista u orteguista. El nuevo gobierno será un gobierno para todos y si tiene que repartir algo lo repartirá a todos, no a sus seguidores, ni andará solicitando tarjetas de ningún Consejo del Poder Ciudadano.
Don Daniel se quiere reelegir. Y el problema de las reelecciones es precisamente que los presidentes se enamoran de la presidencia, se quedan pegados como en un trono en la silla presidencial, se convierten en dictadores, convierten a los países en fincas particulares, se hacen dueños de todos los negocios, mandan a su gusto y antojo a los jueces que siempre esperan la seña de su amo. Por eso es que el orteguismo quiere ganar la elección usando trucos como el de la tarifa electorera. Y esto tiene que terminar. Y esto es lo que no le gusta a la pareja gobernante que quiere seguir vitaliciamente en el poder.
Es por eso que inventan todo género de trucos, una tarifa leonina que nadie puede pagar. Una tarifa que don Daniel va a subsidiar mientras pasa la elección, pues quiere aparecer como el superman de la película, el que todo lo puede, el que todo lo arregla, el imprescindible, como que el país se acaba si él no está en el poder.
Pero esta vez les ha fallado el truco. Nadie cree en el tal aumento y nadie lo pagará a la hora llegada, porque habrá un nuevo gobierno humano, democrático, respetuoso y que sienta compasión por su pueblo. Así de simple. Un gobierno que verdaderamente sienta el dolor de los pobres, no que los use, sino que los atienda, que los quiera y los considere. Nadie se deje engañar. Todo el mundo a votar por la democracia, por la alternabilidad. Es un debe ciudadano.
Ver en la versión impresa las páginas: 9 A