Por Carla Torres Solórzano/Vida
En el momento que un bebé llegue al mundo, se espera que esté rebosante de salud, sin embargo existen algunas enfermedades que los médicos pueden dioagnosticarle en los primeros días o meses de vida, como síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo, entre otros.
Según la psicóloga clínica María Eugenia Marenco, el aceptar que su hijo no está completamente sano, desencadenara en el padre de familia sentimientos de decepción, culpa y miedo ante el futuro.
“Al intentar afrontar estos sentimientos, es posible que experimente cambios bruscos e inexplicables de ánimo, que irán desde la esperanza hasta la desesperación y la depresión”, comentó la especialista.
De igual forma, María Luz Silva, psicóloga del Instituto Médico Pedagógico Los Pipitos, dice que el principal problema de los padres de familia es el miedo a lo desconocido. “¿Síndrome de Down, eso qué es? ¿Será que le falta algo? Esto sucede más aún cuando no han visto al niño, sin embargo cuando la información es brindada de forma más completa, se hace menos difícil enfrentar la situación”, subrayó.
Además Silva explicó que se dan muchas etapas emocionales después de el diagnóstico del niño, como la negación, el enojo y la culpa. La negación es hacia los médicos: “¡Me está mintiendo o se equivocó!” Luego viene el enojo: “¿Por qué me dio eso? ¡Porque vos tomás mucho licor me le dio eso al niño!” Finalmente la culpa: “¡Fue porque no me cuidé bien!”
Ambas especialistas coinciden que lo mejor es buscar ayuda principalmente con la familia, de esta manera la carga emocional será menos pesada.
TODOS PARA UNO
Para María Eugenia Marenco al principio, el niño con necesidades especiales acaparará toda su atención, dejándole poco tiempo para el resto de la familia. Aunque esto es normal, todo el mundo sufrirá, a menos que usted encuentre un modo de restaurar el equilibrio y la rutina en la vida familiar.
“A largo plazo el cuidado del niño con necesidades especiales debe convertirse en una parte de la rutina familiar y no en el centro de la misma”, comentó.
En cambio, María de la Luz Silva recomendó compartir sus experiencias con otras familias que ha vivido lo mismo, al darse cuenta que su caso no es tan difícil como el de la otra y ver como lo ha enfrentado le va a permitir sobrellevar la situación.
De igual forma aseguró que lo mejor es informarse y preguntar al médico de los términos que les resulten desconocidos.
“Así usted verá más luz cuando ya conocen los pronósticos de su caso. Si no la visión de futuro de su hijo queda en el aire: ¿Qué irá a ser de mi hijo? ¿Será que se desarrolle? ¿Podrá ir a la escuela?”, expresó Silva.
Para la especialista hay que tomar en cuenta que la estimulación temprana es muy importante, porque hasta los seis años termina el desarrollo neurológico de los infantes.
Finalmente para algunos padres de familia, estos niños han sido como pequeños ángeles con los que han aprendido a tolerar, a tener paciencia y sobre todo esperanza.
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