Por Moisés Martínez
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“Es normal”
El candidato a vicepresidente por la Alianza PLC, Francisco Aguirre Sacasa, coincidió en que el presidente Ortega se está aprovechando de una gestión hecha por gobiernos anteriores para promover su candidatura, aunque admitió que esto es un actitud “normal” en la política.“Lo que no debemos olvidar es qué circunstancias se dan porque el presidente Daniel Ortega es un candidato ilegal, inhibido por la Constitución Política. Por eso él no debería estar inaugurando esa carretera en su carácter de candidato, sino que lo debería hacer como presidente y en honor a la verdad, en compañía de los expresidentes Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños”, insistió Aguirre Sacasa.
El presidente Daniel Ortega se apresta a lucirse mañana sábado para inaugurar la carretera Acoyapa-San Carlos, uno de los proyectos más demandados en el país, por su conexión directa con el Río San Juan de Nicaragua. Esta vez lo hará en un acto partidario en su doble rol como mandatario y candidato ilegal para los comicios del 6 de noviembre próximo.
Pero más allá del hecho que el mandatario está aprovechando la inauguración de una obra de gobierno para convertirlo en un acto de proselitismo rojinegro, está el hecho que la ejecución de este tramo de 61.5 kilómetros es parte de la cartera de proyectos heredados por lo que la propaganda orteguista insiste en denominar como los “16 años de pesadilla neoliberal”.
“Este proyecto fue diseñado al final del gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro. Se empezó a negociar durante la Administración de Arnoldo Alemán y finalmente se firmó al final del período de Enrique Bolaños, y eso que estuvo bloqueado por años en la Asamblea Nacional por el pacto entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán. Ahora, viene el presidente a inaugurarlo como parte de su gestión, cuando este proyecto fue parte de la mesa servida que le dejó Enrique Bolaños”, comentó Edmundo Jarquín, candidato a la vicepresidencia por la Alianza PLI.
Este tramo fue financiado con un crédito blando del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de 60.5 millones de dólares, y ejecutado por las constructoras Astaldi y Santa Fe. A través de otras carreteras se conectaría con el empalme de San Benito en la Carretera Panamericana Norte, hasta enlazarse con El Guasaule y El Espino, en la frontera con Honduras.
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