Las personas que mantienen el cerebro activo durante toda la vida con actividades como la lectura, la escritura y juegos tienen menos niveles de una proteína vinculada con el mal de Alzheimer.
Según un estudio publicado en la edición on line de la revista Archives of Neurology, aquellos que han realizado este tipo de actividad tienen niveles reducidos de la proteína beta-amiloide, que forman las placas seniles en el cerebro de los pacientes de Alzheimer.
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