César Úbeda Bravo
Para la catedrática de Relaciones Internacionales de la Universidad Americana (UAM), Ilsen Nohelia Canales Vega, actualmente Estados Unidos ejerce presión en contra del programa nuclear de Irán, por considerarlo un tema de alta prioridad.
De acuerdo a la experta en asuntos internacionales, Estados Unidos utiliza un discurso disuasivo con Nicaragua para advertirle de las consecuencias de las relaciones con Irán.
La catedrática agrega que Nicaragua y Estados Unidos comparten muchos intereses que no les conviene perder, no obstante, estima que las presiones de la nación del norte serán a través de los organismos financieros internacionales.
Congresistas estadounidenses aseguran que los países latinoamericanos que se asocian con Irán están “jugando con fuego”, argumentando que dicha relación puede tener consecuencias impredecibles. ¿Cuál es su valoración?
Estados Unidos ha venido ejerciendo presión internacional en contra del programa nuclear iraní ya que es considerado un tema de alta prioridad. Por lo tanto, aquellos países que se “asocien” con un estado que no respeta los acuerdos internacionales sobre el desarrollo nuclear y que además de forma expresa ha vertido amenazas en contra de otro estado, son considerados por Washington como cómplices de Irán; de allí la expresión “jugar con fuego” y la amenaza sobre las posibles consecuencias que se desprenden de esta relación.
Habría que ver ahora a qué se refiere Estados Unidos con “consecuencias impredecibles” porque se contradice con la política exterior moderada que Obama ha intentado entablar con América Latina, hay que analizar qué es lo que está pasando en el Congreso, qué tipos de medidas se están barajando y la posibilidad de llevarlas a cabo, por lo pronto, es más bien un discurso disuasivo.
Ileana Ros-Lehtinen aseguró semanas atrás que los países asociados a Irán son vistos como enemigos estratégicos de Estados Unidos. ¿Usted considera que realmente Nicaragua pueda ser considerada como un enemigo estratégico?
Me parece que a estas alturas utilizar la palabra “enemigo estratégico” no tiene el mismo peso que vimos en el período de la Guerra Fría y el contexto bipolar; la multipolaridad y la independencia política que muchos de los países de América Latina han ido conquistando, generan un nuevo escenario. Si bien es cierto Estados Unidos está profundamente preocupado por el tema, creo que el discurso político apunta más bien a la prudencia que Nicaragua, debe tener con este tipo de relaciones.
Graduada de la Escuela Diplomática de Madrid, España en Estudios Internacionales y Análisis Político.
Estudios en Ciencias Políticas por la Universidad de Salamanca.
Especialista en temas de negociación multilateral.
Responsable de la preparación académica de los estudiantes en el modelo hemisférico de la OEA.
[/doap_box]
Entre Nicaragua y Estados Unidos ha habido una relación histórica llena de tensión y acercamiento, y a estas alturas comparten intne perder. En el caso de Nicaragua están los temas relacionados con la cooperación y el interés en la aprobación de los waiver; por su parte a Estados Unidos posiblemente la piense bien para dejar la vía libre a Chávez y a Rusia si le da la espalda a Nicaragua, el interés geoestratégico es significativo, más aún si a esto le sumamos la lucha contra el narcotráfico.
Cabe señalar que Nicaragua de considerar el peso que tiene la nación del norte en los organismos internacionales multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo que juegan un rol muy importante para nuestra economía. Es en ese sentido que podría venir la presión más que en las relaciones bilaterales entre ambas naciones.
Recientemente visitó Nicaragua Kevin Whitaker, vicesecretario adjunto de Estado para América del Sur del Hemisferio Occidental, quien dijo que EE. UU. estaba preocupado por la democracia en Nicaragua. ¿Qué lectura tiene usted de esta visita?
Efectivamente, la preocupación internacional sobre el estado de la democracia en Nicaragua ha ido creciendo después de los dos últimos procesos electorales.
La confusión entre partido-gobierno es evidente, el debilitamiento institucional es preocupante, la separación de poderes no corresponde a un verdadero modelo republicano; a eso hay que sumarle la actual situación de los partidos políticos carentes de una verdadera y eficaz articulación estratégica que nos lleva a una sistema democrático muy vulnerable en estos momentos.
Whitaker, también fue muy claro en señalar que Estados Unidos y la comunidad internacional ejercerán presión a Nicaragua a través de la OEA para que cumpla con las recomendaciones en materia electoral, asi como el cumplimiento de la Carta Democrática. ¿Qué consecuencias podrían haber si el gobierno de Ortega incumple con estas sugerencias?
Vale la pena considerar primeramente el peso que tiene la OEA y si los errores de omisión y/o comisión durante y después de las elecciones presidenciales en Nicaragua no le restan credibilidad en este particular. Ahora mismo la OEA está pasando por un momento de reflexión sobre su desempeño en el fortalecimiento democrático en la región, es más, la misma Carta Democrática tiene sus limitaciones. Por otro lado, se está consolidando la creación de una organización regional sin la presencia de Estados Unidos y Canadá. Además, viendo la conformación del actual panorama político regional, a pesar de la presión que pudiera ejercer Estados Unidos, el grupo de países que conforman el Alba muy posiblemente rechazarían algún tipo de sanción hacia Nicaragua. Habría que ver el juego diplomático que ejercería Estados Unidos con el resto de países. Mientras tanto, creo que por parte de la OEA no pasará más allá de un par de declaraciones resolutivas.
Como hablamos anteriormente, la presión es más probable que venga de los organismos financieros.
Otras de las críticas a este Gobierno es que ha permitido la fuga de ayuda de la comunidad internacional, porque actualmente tiene el apoyo de Venezuela. ¿Le conviene al país una economía monodependiente?
Por supuesto que no, en el contexto actual eso es contraproducente. Creo que el Gobierno de Nicaragua tiene ya la suficiente madurez como para ver las desventajas que ello implica. No sabemos cómo se va a definir el sistema político venezolano en las próximas elecciones. Además no estamos hablando de una relación bilateral a nivel estatal, sino personal e ideológica entre los actores, lo cual es inestable y muy vulnerable ante los cambios.
Creo que nuestro país debe fortalecer más bien los vínculos e interacciones ya existentes. Debe encaminarse a la elaboración y práctica de políticas de estado y no de gobierno, eso nos daría mayor estabilidad a largo plazo. En relación a la fuga de la cooperación internacional, es algo que el gobierno debe repensar porque eso tiene un impacto no solo político, sino también económico y social; esta fuga deja vacíos que difícilmente se pueden llenar. No se trata solo de sustituir un actor por otro, sino de sumar esfuerzos.
Ver en la versión impresa las páginas: 7 A
