Gisella Canales Ewest
Entre siete y diez millones de dólares podrían regresar este año a la cartera de las instituciones de microfinanzas de Nicaragua, producto de la incipiente recuperación de la confianza de los acreedores internacionales.
Y es que desde que el sector entró en crisis en 2009 —debido al Movimiento No Pago, la caída del precio del ganado y la situación financiera internacional— no ha podido levantar cabeza. Son tres años consecutivos los que llevan de caída en su cartera y número de clientes.
Alfredo Alaniz, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas (Asomif), confía en que ahora “que la situación está un poco más definida” el sector retomará su crecimiento, impulsado principalmente por el retorno de recursos extranjeros. Líneas de crédito por más de 80 millones de dólares de acreedores internacionales no han sido renovadas durante los últimos tres años, lo cual dejó sin crédito a más de 100 mil productores y dueños pequeños negocios”.
“La ley de microfinanzas recién aprobada va a impactar positivamente en la confianza de los acreedores porque ya habrá un órgano regulador (la Comisión Nacional de Microfinanzas, Conami), que supervise las actividades y que sea más exigente en la calidad de la administración de las instituciones”, sostiene Alaniz.
ACREEDORES CONFIRMAN
Representantes de bancos y gestores de fondos de inversiones que financian a las instituciones agrupadas en Asomif y entidades reguladas —quienes llegaron al país para asistir al 15 aniversario de la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico Rural (Fundeser)— confirmaron la intención de aumentar los recursos para las microfinanzas en Nicaragua.
Eelco Mol, gerente para América Latina de Triple Jump de Holanda, indicó que este año pretenden ampliar entre tres y cuatro millones de dólares los fondos que proveen a seis instituciones. Actualmente tienen unos ocho millones de dólares invertidos.
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“La confianza en el sector en general está volviendo un poco, la crisis que había aquí fuertemente esta más o menos pasando. Siempre con cautela pero esperemos que haya más opciones, vemos que hay más confianza en las microfinancieras y vemos que los clientes están retomando sus planes de conseguir más financiamiento”, explicó.
En estos tres años “negros” para el sector de microfinanzas Triple Jump redujo sus fondos en el país. En 2008, el mejor año hasta ahora, tenían colocados 11 millones de dólares.
David Dewez, director para América Latina y el Caribe de Incofin, agrega que seguirán apoyando a las instituciones que “han demostrado ser capaces de ajustarse, hacer las reformas necesarias para ajustarse ante la crisis”.
Actualmente esa entidad de origen belga tiene invertidos unos diez millones de dólares en las instituciones de microfinanzas, cifra que pretenden ampliar a lo largo de este año debido a que ven al sector “mucho mejor”.
“Está claro que el entorno externo es favorable por varios motivos, primero, la economía nicaragüense está mostrando señales positivas; segundo, el sector de la micro y pequeña empresa sigue siendo el sector generador de empleo, entonces no es un sector que va a desaparecer en el país, y por tanto es un sector que requiere recursos, y tercero porque hay instituciones que han sido capaces de ajustarse y enfrentar la crisis, están haciéndolo bien”, detalló.
Por su parte, Heinz-Peter Heidruch, gerente general del Bank Im Bistum Essen de Alemania (Banco en la Diócesis de Essen), destacó que “la situación legal y la situación política han mejorado” en el país, por lo cual también prevén que destinarán más recursos para ser distribuidos en microcréditos.
Esa institución tiene presencia en más de 60 países del mundo y en Nicaragua solo financian a Fundeser.
CONTROLAR RIESGOS E INJERENCIAS
Los representantes de instituciones proveedoras de fondos para las microfinanzas coinciden en que al país aún le queda camino por recorrer en regulación y estabilidad.
“Yo creo que hace falta seguir en el proceso de las señales que se están dando, nuevas leyes, regulaciones adecuadas, pero no injerencias ni partidarias ni políticas”, indicó Dewez.
Para Mol, Nicaragua “no es el país más fácil para invertir con fondos internacionales… lo que es mucho más amplio que solo el sector de microfinanzas es el sector económico, el sector político, pues no siempre favorece la inversión”, por lo cual sugiere que más instituciones de microfinanzas pasen al sistema regulado y dejen de ser Organizaciones No Gubernamentales.
“Yo creo que entidades reguladas, con capital social privado, eso podría fortalecer muchísimo el sector”… “y no solamente por el hecho de capital, la regulación general ayudaría a dar confianza a los que invierten fondos”, agrega.
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