Dirigentes liberales que forman parte del movimiento Compromiso con el Cambio Democrático del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), informaron que han solicitado —o solicitarán— al presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, que las cuentas bancarias de Arnoldo Alemán en ese país no sean descongeladas, y en todo caso, que el dinero no se le entregue al cuestionado caudillo liberal nicaragüense.
Esta petición de quienes también demandan que el expresidente Arnoldo Alemán debe salir del PLC para poder reconstruirlo, es otra manifestación de la profunda crisis que sufre actualmente ese partido, el cual en sus mejores tiempos fue favorecido con las votaciones populares más altas que partido alguno ha recibido en toda la historia política nacional. Por supuesto que hablamos de votos que los ciudadanos depositaron de verdad y de manera voluntaria en elecciones libres y limpias, no de las votaciones fraudulentas que solía atribuirse el somocismo y se las atribuye ahora el orteguismo.
Por informaciones públicas se conoce que en las cuentas bancarias de Panamá, a las que se refieren los miembros del PLC que piden mantenerlas congeladas o que no se le reconozcan a Arnoldo Alemán, hay unos siete millones de dólares en depósitos e intereses acumulados a nombre de una tal Fundación Democrática Nicaragüense (FDN), la que fue constituida supuestamente para canalizar recursos económicos conseguidos en el exterior con el fin de financiar las actividades políticas del PLC.
Las cuentas bancarias de la FDN fueron congeladas por mandato judicial, cuando la Corte Suprema de Justicia de Panamá ordenó abrir una causa penal contra Arnoldo Alemán, su esposa, su suegro y el exdirector de Ingresos Byron Jerez, acusados de haber utilizado esas cuentas para blanquear dinero extraído del erario nicaragüense. Alemán y compañía fueron absueltos en julio de 2010 por un tribunal panameño de segunda instancia, después de que gracias al último pacto del PLC con el FSLN para darle el control de la Asamblea Nacional, la Corte Suprema de Nicaragua sobreseyó definitivamente a Arnoldo Alemán de algunos cargos que pesaban contra él, aunque dejó vivas otras acusaciones. Sin embargo, la Procuraduría de Nicaragua recurrió de casación ante la Corte Suprema de Justicia de Panamá, contra el fallo absolutorio a favor de Alemán y los demás acusados, y se espera que pronto se dicte la sentencia definitiva.
De manera que es a la Corte Suprema de Justicia de Panamá, y no al Presidente de ese país, a la que se debe pedir que las cuentas bancarias congeladas no sean liberadas en beneficio de Alemán. En Panamá los poderes del Estado son independientes, de acuerdo con la Constitución, y el presidente Martinelli ha dicho en reiteradas ocasiones que él es absolutamente respetuoso de ese principio fundamental de la democracia. Además, si los fondos de la Fundación Democrática Nicaragüense fueron extraídos del erario de Nicaragua por medio de actos de corrupción gubernamental, para ser lavados después en Panamá, no es al partido PLC que la justicia panameña debería entregar ese dinero sino al tesoro público nicaragüense, de donde salió y a donde tiene que regresar.
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