Hoy se conmemora el segundo centenario de la Constitución de Cádiz, a la cual los españoles llamaron y recuerdan como “la Pepa” porque fue aprobada el 19 de marzo que es el día de San José en el santoral de la Iglesia católica.
Se comprende que en Nicaragua, donde los gobernantes no respetan la Constitución ni aprecian la significación de los valores constitucionales, un acontecimiento como este, tan trascendental para España e Hispanoamérica, no se conmemore oficialmente. Pero precisamente por eso las personas y entidades democráticas tienen que celebrarla, pues la constitucionalidad fundada en los principios y valores de la libertad, en las garantías individuales y los derechos de la persona humana, como fue la Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812, es un arma ideológica indispensable para la lucha victoriosa contra el poder autoritario.
La Constitución de Cádiz fue la primera proclamación jurídica, política y constitucional de la libertad, no solo de España sino también de todos los pueblos de Hispanoamérica. En la Constitución de Cádiz —escribe el profesor constitucionalista Antonio Esgueva Gómez en la presentación de su magnífica obra en dos tomos, Las Constituciones y sus Reformas en la Historia de Nicaragua —, “los miembros de la Constituyente, españoles y americanos, dejaron sentadas las bases del liberalismo y consiguieron conquistar los derechos y libertades de moda en aquella época, influyendo marcadamente en la independencia de las colonias”.
Entre aquellos constituyentes que aprobaron “la Pepa“, o sea la Constitución de España y América del 19 de marzo de 1812, había un nicaragüense, tal como lo registra la historia. Nicaragua estuvo representada en las Cortes de Cádiz por el ilustrado jurista y político José Antonio López de la Plata, quien nació en Nueva Segovia y se graduó en derecho en Guatemala, porque en aquel entonces no había Universidad en Nicaragua.
López de la Plata fue un apasionado promotor y defensor de los intereses de Nicaragua en las Cortes de Cádiz. Él no solo sostuvo los preceptos fundamentales de la libertad que fueron consagrados en la Constitución de 1812, como por ejemplo la libertad de imprenta o de prensa que por primera vez se reconoció en Nicaragua, Hispanoamérica y España. También mocionó y argumentó para la creación de la provincia de Nicaragua y Costa Rica como entidad aparte de la Capitanía General de Guatemala, promovió la solicitud del obispo de Nicaragua a las Cortes de Cádiz para que aprobaran la creación de la Universidad de León, y mocionó para que se decretara la apertura de un canal “por el Realejo al Lago de Managua, de aquí al Gran Lago y río San Juan ”
De manera que en la conmemoración del bicentenario de la Constitución de Cádiz es justo y necesario también honrar la memoria de José Antonio López de la Plata, el primer constituyente y constitucionalista de Nicaragua.
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