DAMASCO/AFP
Las fuerzas sirias mataron este sábado a seis civiles y bombardearon la ciudad de Homs pocas horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU vote sobre el despliegue de observadores para verificar el frágil alto el fuego.
Los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU están “prácticamente” de acuerdo sobre un proyecto de resolución para el envío de estos observadores a Siria, anunció el sábado la diplomacia rusa horas antes de una votación sobre este texto en Naciones Unidas, prevista hacia las 15H00 GMT.
Pero en el tercer día del alto el fuego instaurado de conformidad con el plan del emisario internacional Kofi Annan, el régimen sirio y los opositores siguen acusándose de violar la tregua.
En los dos últimos días murieron 18 personas en el país. Sin embargo, la intensidad de los ataques no es comparable con lo ocurrido en los últimos meses, cuando las víctimas se contaban a diario por decenas.
El incidente más grave desde la tregua se produjo cuando las fuerzas de seguridad mataron el sábado a cuatro civiles que participaban en un funeral en Alepo (norte), segunda ciudad del país. Además, las fuerzas sirias bombardearon durante una hora el sábado de mañana dos barrios de Homs (centro), en el que pereció una persona, según una ONG siria.
Además, las tropas mataron a otro civil en Dmeir, en la provincia de Damasco. Durante los meses anteriores a la tregua, Homs, la tercera ciudad del país, fue violentamente bombardeada, principalmente su barrio Bab Amr, un bastión de los rebeldes recuperado por el ejército el 1 de marzo después de un mes de ataques incesantes.
Decenas de miles de sirios manifestaron el viernes en todo el país para poner a prueba el compromiso del régimen de respetar el plan de Kofi Annan. Estas marchas fueron “más importantes que las semanas anteriores” en casi todas las provincias, a pesar de un despliegue militar masivo, según la oposición siria.
“No renunciaremos hasta que caiga el régimen” gritaron los manifestantes en Onkhel, en la región de Deraa. Los militantes prodemocracia llamaron el sábado en su página Facebook “Syrian Revolution 2011” a una “semana de la revolución de los sirios”.
El presidente sirio Bashar Al Asad es el único jefe de Estado cuestionado por la calle que, después de la llamada Primavera Árabe, permanece en el poder.
Para verificar el alto el fuego, el Consejo de Seguridad de la ONU votará en Nueva York un proyecto de resolución autorizando el despliegue de observadores.
Un primer equipo incluiría a unos 30 observadores no armados, preludio de una misión de 250 hombres. No obstante, Rusia, país aliado del régimen de al Asad, se negaba hasta ahora a fijar demasiadas condiciones al régimen sirio.
Los occidentales exigen en su proyecto una serie de garantías por parte del régimen sobre la seguridad de los observadores, su libertad de movimiento que debe ser “completa, sin trabas e inmediata”, así como la confidencialidad de sus desplazamientos. Rusia –que ya bloqueó dos veces con China resoluciones que condenaban la represión en Siria– quería suprimir la demanda de acceso “sin trabas” a los observadores, y excluir la condena de las violaciones de los derechos humanos en aquel país.