Por: Carla Torres Solórzano
“El estornudo” del volcán Santiago, como lo han llamado los expertos, el pasado lunes tuvo graves consecuencias en la salud de los pobladores de la ladera suroeste del coloso.
Habitantes de las comunidades Panamá, Las Maderas, entre otras, del municipio San Juan de la Concepción, Masaya, aseguran tener problemas en la vista, dolor de garganta y cabeza, entre otras afectaciones, debido a la lluvia de gases y ceniza que cayó hace tres días en el lugar.
Emperatriz Mercado García cuenta que se disponía a preparar el desayuno para su esposo cuando empezó a caer lo que parecía lluvia, sin embargo era ceniza de color rosado y amarillo, impregnada de azufre.
Los registros de Ineter indican que la última erupción del volcán Santiago fue en noviembre del año 1956. En esa ocasión hubo grandes derrumbes en las zonas aledañas y pánico entre sus vecinos. Se espera que solo sea una liberación de presión.
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A sus 68 años, la frágil salud de doña Emperatriz ha sufrido la embestida del volcán. Ella asegura ver sombras por las afectaciones en sus ojos, así como sentir ardor y dolor en su garganta. “Me estuve echando miel de jicote en la vista, pero no me hizo nada. Como vi que no me cayó bien, entonces me eché terramicina, porque dicen que eso es para infección para los ojos”, dijo.
La anciana, que no sabe leer, no pudo darse cuenta de que el producto ya tenía borrada hasta la fecha de vencimiento. Además, se encontraba lleno de polvo y el color del ungüento estaba más oscuro de lo normal.
CULTIVOS PERDIDOS
En las zonas aledañas al volcán, que esta semana inició actividades, se siembran piñas y pitahayas, así como plátanos, pipianes, entre otras hortalizas. Y como todavía no ha llovido, los árboles retienen entre sus hojas las cenizas causando quemaduras a la plantaciones.
“Mi esposo casi llora cuando vio cómo quedaron los cultivos, las hojas estaban gachas de tanto que cayó”, dijo Mercado.
Dora María Blas, pobladora de Las Maderas, también muy cerca del coloso, asegura sentirse afligida porque difícilmente podrá recuperar los más de dos mil córdobas que había invertido en su plantación de pipianes.
“Están quemados, no se puede hacer nada. Solamente les faltaba un mes para que se dieran los frutos. Aquí no hay agua y nosotros recorremos casi un kilómetro para poder regarlos”, apuntó Blas.
EVACUACIÓN
Según Adrián Zelaya, presidente de la Asociación de Médicos Internistas de Nicaragua, es necesario evacuar a los pobladores de este lugar porque están expuestos a gases que pueden provocar graves problemas a su salud.
“Los síntomas son dolores de cabeza, vómitos, ardor en los ojos, así como problemas respiratorios que si llegan a complicarse pueden ser mortales”, dijo Zelaya.
LA PRENSA se comunicó con el coronel Néstor Solís, segundo jefe de Defensa Civil, para dar a conocer el caso, quien manifestó que en las próximas horas se enviará un equipo para conocer los pormenores del caso y proceder a la evacuación.
A través de un comunicado, el director ejecutivo de Ineter, Jorge Castro Medina, informó que el coloso está en vigilancia permanente.
Además, precisó que reforzarán el monitoreo en la sismicidad y sobre la composición de gases y material volcánico expulsado por el volcán, que constituye uno de los seis volcanes activos de Nicaragua.
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