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Adán Cajina Ríos

Nuestro recurso agua frente a la escasez global

El agua es el recurso estratégico del siglo XXI por su escasez mundial. En Nicaragua hay escasez porque aunque tenemos el recurso no lo manejamos con eficiencia. El agua es la fundación de nuestra existencia. Nuestra salud, economía, ambiente y lo que producimos dependen del agua. Lo lamentable es que la marginamos y la contaminamos.

Hagamos conciencia para conservarla. El crecimiento demográfico y el desarrollo económico consumen la reserva, la cual es además vulnerable a adversidades naturales. Contamos con el agua que nos brinda la naturaleza. Una vez que la agotemos, la naturaleza no la devuelve. Aquí hemos visto muchas vertientes secarse y ríos disminuir su caudal.

El agua y el petróleo son recursos estratégicos y ambos tienden a agotarse. La diferencia es que el petróleo se puede reponer con otros medios de generar energía, mientras que el agua una vez que se agota no se repone. Con la escasez reinante y la mala administración del uso del agua, es probable que esta se agote primero que el petróleo.

La realidad revela la urgencia de actuar hacia conservación y eficiencia. Las Naciones Unidas, en base a la población mundial de 7 billones de habitantes, evalúa la situación de agua así: 1.2 billones padecen escasez aguda; 1.6 billones padecen escasez económica, esto es, tienen el recurso pero carecen de infraestructura para distribuirla a los usuarios; y en el resto hay escasez depresiva donde la demanda de agua está alcanzando la reserva.

Agricultura es el sector que más consume del agua disponible sobre la tierra e incluye el abastecimiento natural de la lluvia y la irrigación. La seguridad de alimentos se percibe vulnerable ante la escasez depresiva.

El cambio climático, incremento de calor por deforestación y emisiones de combustibles fósiles, disminuye las reservas de agua fresca y agrega riesgos de sequías.

Las disputas transnacionales por la posesión del agua también afectan las reservas. Aquí tenemos una disputa limítrofe con Costa Rica que involucra las aguas de nuestro río San Juan. Costa Rica siempre ha codiciado las aguas del San Juan y usa aguas nicaragüenses en su río Colorado, brazo del San Juan, para desarrollo turístico. El impacto ambiental de este trasiego dificulta la navegación del San Juan en su salida al Atlántico con sedimentos y destrucción de biosfera. Este usufructo de aguas nacionales en el lapso de la disputa demanda restitución ya que merma nuestro recurso.

En otros continentes las disputas por agua son más complejas. A medida que la prevalente escasez se agudice sería probable que usen el agua como arma de negociación en aspectos políticos, comerciales o limítrofes y quizás extorsión.

Ante la escasez global, foros mundiales proyectan asegurar la disponibilidad de agua fresca. De no tomar acción hay riesgo de hacer del agua el petróleo del siglo XXI.

Nicaragua está en buena posición con su reserva de agua. Contamos con el recurso para atender el consumo doméstico y el consumo productivo. Sin embargo, la situación actual demanda eficiencia, amplia cobertura y perseverancia en el manejo del agua.

Decidamos afrontar esta demanda con estrategia de eficiencia y conservación. Eficiencia en extender y modernizar la infraestructura y distribuir el agua de nuestros acuíferos a los sectores de consumo. Conservación para defender nuestra foresta receptora evitando la tala. Con esta estrategia eliminamos la escasez y al renovar la foresta aumentamos la reserva acuífera. Su factibilidad es óptima para progresar en tiempos de crisis.

El valor del agua varía desde un costo subsidiado hasta valor de mercado. Antes abundante, ahora ya no lo es, por lo que su valor económico sube en función de la escasez.

Decidamos ya valorizar nuestro recurso agua para valorizar nuestro propio desarrollo. Un consenso nacional de Gobierno, emprendedores y ciudadanos es fundamental para hacer conciencia y actuar. El autor es exmiembro del Banco Mundial, expresidente de ENALUF y exministro de Salud.

Opinión Agua Escasez archivo
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