Elízabeth Romero y Félix Rivera
El revolotear de los zopilotes y el hedor “perturbante” que procedía de una casa en el barrio San Cristóbal, en Jinotega, llevó a la Policía a su allanamiento y a dar con restos del cuerpo desmembrado de Harley José Silva Soza, de 34 años. Así como con el autor del crimen, Basil Exin Givner, quien admitió el hecho.
Asegura que al ver las fotos reconoció la forma de dos dientes que su primo tenía “hacia abajo de forma vertical y la forma cómo usaba las uñas de sus manos”.
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La adicción por el alcohol y la marihuana acercó a la víctima y al autor del crimen. Givner, oriundo de Baltimore, Estados Unidos, justificó ante las autoridades que asesinó a Silva porque que “ya no lo soportaba, que le escapó de quemar su colchón por estar fumando marihuana”, explicó el vocero de la Policía, comisionado mayor Fernando Borge.
La decisión de matarlo la tomó el 25 de julio. Silva se encontraba dormido bajo los efectos de la marihuana. El 28 de julio fue encontrada la cabeza y un brazo de la víctima en un basurero local. “Inspeccionando el lugar también se encontraron bolsas negras conteniendo restos desmembrados del cuerpo de la víctima”, dijo Borge.
A las autoridades les llamó la atención el comportamiento de Givner, quien aparentaba normalidad “como si nada había pasado”, dijo la jefa de la Policía de Jinotega, comisionada mayor Magdalena González.
En medio de los restos dispersos entre una habitación y el baño de la casa de Givner, la Policía encontró una hacha pequeña, una sierra, un serrucho, un machete y una espátula, que la Policía presume fueron utilizados para el crimen.
Varios de los implementos presentados ayer tenían aún manchas de sangre.
Ivania Úbeda —prima de la víctima— muy afectada emocionalmente por el suceso aclaró que Harley Silva nunca trabajó para Givner y la única relación que ambos tuvieron fue que el extranjero lo invitaba a ingerir licor.
La última vez que Úbeda vio a su primo fue el 19 de julio cuando salió de la casa vistiendo pantalón, camiseta y zapatos negros y un suéter gris que llevaba colgado en su hombro. “Este caso no puede quedar impune. Tiene que haber castigo para el hechor”, demandó Úbeda.
En el domicilio del estadounidense —veterano de guerra— también fueron encontradas varias de las pertenencias de la víctima.
Según Borge, el caso ya fue remitido a la Fiscalía, pero profundizan en las investigaciones, debido a que en el lugar se ocupó una computadora con vídeos pornográficos. De forma preliminar la Policía sabe que Givner tenía cuatro años de vivir en Jinotega y cinco de haber ingresado a Nicaragua, además, recibía remesas procedentes de Estados Unidos.
Sobre Silva, la Policía conoció que hace cuatro años fue deportado por tráfico de drogas y consumo de licor.
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