La condición de ancianos o tercera edad la alcanzamos al llegar a 60 o 65 años. En nuestro país hay cerca de 400,000 miembros de esta generación que por el hecho de tener disminuidas capacidades biológicas son “vulnerables”. Anemia es un trastorno de disminución de valores de la hemoglobina por debajo de 13 gramos por ciento, límite aceptado como “normal”.
Fatiga, dificultad para respirar, dolores de cabeza, mareos, insomnio y palidez de piel y mucosas son síntomas comunes. También palpitaciones, malas digestiones y somnolencia. Cuando la anemia es menor de ocho gramos de hemoglobina se considera grave y puede precipitar dolores cardíacos tipo angina de pecho o infartos, así como falta de bombeo de la sangre o insuficiencia cardíaca. El riesgo de muerte se eleva en esta condición.
En ancianos encontramos que seis de cada diez varones y dos de diez mujeres están afectados de anemia y muchas veces no podemos establecer la causa. Resultan más afectados los hospitalizados y mayores de 75 años.
Causas comunes (45 por ciento de los casos) en este período de la vida son enfermedades crónicas: tuberculosis, endocarditis, osteoartritis, tumores, infecciones urinarias y micosis.
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