Tatiana Luna
Cuando se está en la adolescencia y juventud muchos creen que “todo es color de rosa”. Los permisos de los padres se empiezan a conceder, hay más independencia, van refinando un poco más las actitudes que deben tener para socializar y muchos jovencitos optan por iniciar una relación sentimental que en algunos casos termina en caos.
No solo porque hay una inmadurez por parte de la pareja, sino porque con frecuencia los adolescentes y hasta los más grandecitos tienden a enamorarse e idealizan a la pareja hasta el punto de soportar episodios de violencia, incluso se acostumbran a tolerar y perdonar los llamados arrebatos, en nombre de lo que llaman amor.
Como dice la canción de Shakira, “ciegas, sordas y mudas” se vuelven algunas adolescentes, y no perciben cuando están siendo violentadas física, sexual y psicológicamente por sus novios, por tal razón no se debe confundir el maltrato y las ofensas con amor o el interés por la pareja.
Si estás pasando una situación similar, debes estar muy atenta para identificar los episodios de violencia porque solo así evitarás consecuencias fatales para tu vida. Al principio de la relación todo es bonito, sin embargo conforme pasa el tiempo empiezan los comentarios incómodos, el jaloneo, las ofensas que pueden parecer un juego entre ambos, pero luego todo se puede agudizar.
El problema de la violencia en el noviazgo de las adolescentes es que las muchachas prefieren callar y seguir viviendo en esa situación, porque lo ven como conductas normales, y muy pocas se atreven a denunciar el maltrato.
Todas estas apreciaciones y conductas se deben a que en algún momento de su niñez vieron o recibieron violencia intrafamiliar que les impide no repetir los comportamientos negativos, afirma Ixbalanqué Ocón, psicólogo y docente de la Universidad Politécnica Nicaragüense.
Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, tres de cada diez adolescentes denuncian el maltrato, que daña tanto física, emocional como sexualmente, con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona.
AGRESIONES COMUNES
Físicamente las parejas recurren a empujones, mordeduras, cachetadas, agresiones con objetos. En cambio la violencia psicológica se experimenta con insultos, gritos, amenazas y en el caso de la violencia sexual ocurre cuando la pareja es presionada a tener relaciones.
¿CÓMO TE SIENTES?
Después de vivir situaciones de violencia muchas jovencitas se sienten deprimidas, se aíslan del grupo por miedo o vergüenza y empiezan a bajar su rendimiento académico, trastornos de alimentación y adicciones.
ACTÚA YA
Ante un caso de violencia debes analizar qué es lo que quieres y preguntarte si te quieres a ti misma, porque si es así debes poner un alto a estas situaciones. Según los especialistas salir del círculo de la violencia es difícil, pero no imposible.
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