René Cárdenas
La primera vez que el “Cohete” Roger Clemens lanzó con el equipo de los “Skeeters” o Zancudos de Sugar Land perteneciente a la Liga Independiente del Atlántico, hice un esfuerzo por asistir al partido, decidí quedarme en casa mirando escenas retrospectivas de Liga Mayor en el canal de Major League Baseball.
Cuando el “Cohete” anunció su segunda aparición con los Zancudos el 7 de septiembre, me puse las botas, hice todos los arreglos con el equipo para hacer acto de presencia con mi computadora y la seguridad que tendría un asiento para LA PRENSA, estacionamiento y conexión Wi-Fi o Internet para escribir mis “tweets” con el objeto de estar a la moda. El club me aseguró de todo eso y así fue.
También solicité acceso para entrevistar a Roger Clemens y al jugador de tercera base, el nica de Managua, Ofilio Castro a quien no conocía personalmente. El club me informó que Clemens daría una conferencia de prensa después del juego y a continuación podríamos bajar a la casa club a entrevistar a los otros jugadores.
“La verdad es que fue una experiencia muy bonita para mí”, explicó Ofilio Castro. “Sobre todo cuando uno piensa el tipo de pícher que él fue. Recuerda que luce en su pared siete trofeos Cy Young como quien dice nada. Luego de cinco años de retiro, vino a los Zancudos y no parecía que había estado fuera de acción por tanto tiempo. Vino a nuestra casa club a convivir con todos nosotros y esos momentos nunca los olvidaré”.
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Tan pronto se efectuó el último out del juego, en grupo, prensa, radio y TV, fuimos guiados al segundo piso del estadio a un salón especialmente preparado para estos menesteres. Allí, como unos 25 chicos de prensa, esperamos el arribo del “Cohete” que luego de 30 minutos no apareció.
Yo tenía dos opciones: quedarme para entrevistar a Clemens o bajar a la casa club a entrevistar a Castro. Como a Roger lo entrevisté hace seis años en el Parque Minute Maid cuando pertenecía a los Astros, decidí salir del cuarto de conferencias para ver a Ofilio antes que se fuera del estadio.
Ya en la casa club me presenté a Ofilio e inmediatamente después de unas cuantas carcajadas y abrazos al estilo nica, me presentó a varios jugadores y al dirigente Gary Gaetti a quien yo conocía desde hace muchos años.
Castro, de 29 años de edad, firmó con la organización de los Nacionales de Washington como agente libre no reclutado en 2000. Bateó .296 con cuatro cuadrangulares y 36 carreras empujadas en 96 partidos con el Harrisburg.
Nunca en una carrera de más de medio siglo en las Mayores había entrevistado a un jugador de Liga Independiente y, estaba ansioso de saber cómo uno de ellos valora su propia Liga.
“Este año aproveché la oportunidad de jugar en este equipo independiente bajo el mando del dirigente Gary Gaetti que me ha inspirado mucha confianza para continuar jugando pelota”, dijo Castro. “Yo creo que esta Liga de beisbol es muy fuerte y es una suerte poder participar en ella con los Zancudos. Uno nunca sabe lo que puede ocurrir más adelante”.
EL PARQUE
A Castro como a Clemens les encanta jugar en el terreno del Constellation Field. Todo lo que rodea a este lindo parque de pelota es invitante.
Hace muchos años las ligas independientes estaban en entredicho, pero mientras pasan los años adquieren más reconocimientos, se vuelven más populares y ya alcanzan un nivel organizativo tan bueno o mejor que algunos equipos de ligas menores y en cuanto a la calidad de los jugadores no hay duda que han mejorado notablemente:
“Y digo que el nivel de esta Liga Independiente es de Triple A”, señaló Ofilio. “Porque aquí hay gran cantidad de peloteros que jugaron en Grandes Ligas”.
También tienen instructores que jugaron en las Mayores y pilotos como Gaetti, por ejemplo.
Además de Gaetti, hay otros tres en exligamayoristas que aparecen como dirigentes en esta Liga: Kevin Báez, Willie Upshaw y Sparky Lyle.
A pesar de que han pasado los años, Castro todavía no ha abandonado la idea de alguna vez retornar a una organización de Liga Mayor:
“La verdad que no”, precisó Castro. “Mientras yo tenga salud y se me presente la oportunidad de continuar jugando en los Estados Unidos, seguiré en la lucha. Yo tengo el talento y la capacidad física y el gran deseo de seguir en este deporte porque desde pequeño lo juego con amor y con pasión. Ahora, si Dios quiere y se me presenta la oportunidad, sería fabuloso jugar en las Ligas Mayores”.
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