Las bodas civiles se distinguen, entre otras cosas, de las religiosas por ser menos estrictas en su forma y su contenido. Por esto, precisamente, existe una mayor libertad a la hora de decidirnos por uno u otro traje. Ojo, esto no quiere decir que se deba ir haciendo el ridículo. Flexibilidad no es sinónimo de que haya que ponerse a inventar modelo.
Lo habitual en este tipo de enlaces es el traje de chaqueta en sus diversas versiones dependiendo de la época del año en la que te vayas casar.
El traje puede ser tanto de falda como de pantalón o vestido. Si el clima está fresco lo ideal es acompañar el conjunto de un cuerpo que haga juego. El vestido con abrigo tipo levita es otra opción muy elegante.
Para estaciones más cálidas, como la primavera y el verano, se puede optar por un vestido corto o largo, según el gusto de la novia, aunque es cierto que la opción de un vestido de novia de línea muy sencilla y elegante siempre sin cola ni velo gana cada vez más auge.
Aunque ya hemos mencionado que en estos casos lo indicado es prescindir de la cola y el velo, las novias que contraigan matrimonio por lo civil sí deben llevar un ramo de flores (dicen que da suerte), acorde con el vestido y el entorno donde se vaya a celebrar la boda (no es lo mismo casarse en una finca en el campo que en un juzgado de una ciudad).
Por supuesto siguen siendo imprescindibles unos buenos zapatos, que normalmente cobran protagonismo por verse más, con tacón ni demasiado alto ni demasiado bajo.
¿Y para ellos?
En cuanto a los novios lo cierto es que también disponen de una gran variedad de opciones, aunque siempre en consonancia con el atuendo que haya elegido la novia, ya que no sería de buen gusto que apareciera de etiqueta si la novia se ha decidido por un sencillo traje pantalón.
Lo más aconsejable en estos casos es escoger un traje oscuro y añadirle un toque de color en la corbata o el chaleco si lo lleva, aunque si la ceremonia es relajada y se celebra en el campo o al lado del mar nada les impide elegir una indumentaria más informal en lino crudo, por ejemplo.
Lo importante es que ambos estén a gusto con el traje elegido, o se sientan cómodos con el entorno y cómo no lo más favorecido posible, porque si a los dos les apetece vestir de novios clásicos nada les impide hacerlo realidad y olvidaros de las normas protocolarias y los comentarios de los parientes lejanos.
Al final del día es su boda y ustedes eligen cómo quieren verse .