Damasco/AFP
La aviación siria bombardeó el martes un barrio rebelde de Alepo y las fuerzas de seguridad efectuaban allanamientos en Damasco con un saldo de 40 muertos en su mayoría menores de edad. Lo que alejó la posibilidad de una tregua con motivo de la fiesta musulmana de Aid al Adha, que se celebra dentro de tres días.
La víspera de una declaración ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el emisario internacional Lakhdar Brahimi pidió de nuevo “firmemente” un alto el fuego, sobre el que no obtuvo ningún acuerdo después de cinco días de misión en Siria.
En un aparente gesto de favor, el régimen del presidente sirio Bashar al Asad decretó una “amnistía general”, que excluye los crímenes cometidos por “terroristas”, término utilizado por el Gobierno para designar a los rebeldes.
Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, decenas de miles de civiles han sido detenidos y otros miles han desaparecido en las celdas del régimen desde el comienzo de la revuelta contra Asad, el 15 de marzo de 2011.
El mediador internacional Lakhdar Brahimi había pedido, tras reunirse con Asad en Damasco, que los combatientes rebeldes y las fuerzas del régimen en Siria proclamen “unilateralmente” la tregua.
Por su lado, el Vaticano anunció que ante la “gravedad de la situación” la visita a Siria de una delegación de arzobispos ha sido postergada.
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