Por qué no ser pretenciosa?
Por qué no desear ser amada
como la Magdalena de Jesús,
la Josefina de Napoleón,
la Gala de Dalí.
la Cristiane de Goethe,
la Emilie de Voltaire,
la Dulcinea de Don Quijote,
o como Joanna
la amada inmortal de Beethoven?
Por qué no buscar entre los hombres nuestros
Don Josecito fiel amante de Doña Julia?
Por qué no?
Porque aunque los busquemos
ya no se encuentran.
Porque ya no hay de esos,
pasaron de moda los romances
verdaderos,
aquellos, los de entonces.
los de hoy buscan para sus arrebatos
agencias de Celestinas,
pastillas de colores, chocolate y arginina.
Ya no hay amor, ni romance
solo sexo
y puro cuento.
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