La ansiedad es un estado anormal o patológico caracterizada por sentimientos de miedo acompañados de signos somáticos o corporales que indican aumento de la actividad del sistema nervioso autónomo (SNA).
El miedo es temor hacia algo conocido, en cambio en la ansiedad el paciente no sabe por qué experimenta estas molestias.
Síntomas psicológicos: sentimientos de terror, dificultad para concentrarse, insomnio y estados de hiperalerta. Se disminuye el apetito sexual, “nudo en la garganta o mariposas en el estómago”.
Signos físicos: temblor, estremecimiento, vacilación para tomar decisiones, dificultades para tragar, calambres, dolor en la espalda o de cabeza, contracturas musculares dolorosas y fatiga.
La hiperactividad autonómica (SNA) se manifiesta por manos frías, sequedad de la boca y orinadera frecuente. Hay diversos tipos y el componente fundamental es la ansiedad. El trastorno por angustia o desorden de pánico afecta de entre un dos y cuatro por ciento de personas y se manifiesta por ansiedad masiva de comienzo súbito sin haber un factor precipitante.
La ansiedad generalizada se ve entre un dos y cuatro por ciento y se trata de un paciente con ansiedad fluctuante crónica que al menos dura más de un mes.
De entre un tres y cinco por ciento presentan trastorno fóbico o fobias que pueden ser muchas y transmitirse en familias. Se trata de una ansiedad respecto a situaciones u objetos determinados: a espacios cerrados o abiertos, a la sangre, insectos, etc.
Un 0.05 por ciento aquejan trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que es la necesidad persistente de repetir pensamientos o comportamientos.
El trastorno por estrés postraumático se ve en un 0.75 por ciento de pacientes que han sufrido agresiones o han estado expuestos a graves peligros. Es una ansiedad secundaria a un factor de estrés existencial importante.
Le recomiendo en primer lugar consultar un médico internista para un chequeo médico y descartar factores condicionantes.
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