Oscar González Morales
Después del prolongado abandono en la fase regular, los aficionados de Granada respondieron con un lleno completo en el estadio Roque Tadeo Zavala, anoche en el primer partido de la serie de playoffs entre el Bóer y el Oriental, en una ya establecida costumbre de los granadinos.
En las gradas y los alrededores del estadio fue escasa la presencia de efectivos policiales. Al lado del bus del Bóer si hubo presencia de cantidad considerable de policías, pero al parecer estos fueron llevados por la directiva del equipo capitalino.
[/doap_box]
La importancia de esta serie, que llevará a su ganador a la final del campeonato, fue la motivación para que estos aficionados dejaran la comodidad de sus casas, invirtieran en camisetas, gorras, tambores, pitoretas y otros artículos que le dieron colorido y mucho ruido al juego.
Pero en gran parte del juego el mayor estruendo era causado por un pequeño grupo: la barra brava del Bóer, que llegó con sus ya muy conocidas consignas o gritos de batalla, que seguro fueron inspiración para el equipo de Managua.
El trabajo de esta barra fue difícil, pues a cada consigna los granadino respondieron con una que se acoplaba perfectamente al ritmo de los tambores boeristas, pero que su contenido era contrario al de este equipo.
“¡Vamos Bóer, vamos Bóer!”, decían los boeristas. “Muerto el Bóer, muerto el Bóer”, era el giro que le daban los granadinos, que al ser mayoría, terminaban ahogando las voces de los fanáticos capitalinos.
Opuestos en su lealtad por los equipos de sus respectivas ciudades, en lo que coincidieron ambas aficiones fue en el aprecio por el juego, que les hizo gritar, aplaudir, abuchear, silvar y hasta saltar, como reacción a lo hecho en el terreno por los peloteros de estos batalladores conjuntos.
Sin duda, lo vivido en Granada fue solo una primera muestra de lo que aún le depara a esta serie y a los aficionados involucrados.
Lo único reprochable estuvo entre algunos granadinos, que tiraron objetivos al terreno en momentos en que las frustración no encontró rival en sus caracteres.
Por el lleno del estadio Roque Tadeo Zavala y la trascendencia del primer juego de la serie de playoffs entre Bóer y Oriental, era imprescindible la presencia de oficiales de la Policía Nacional en una cantidad considerable. La realidad fue otra.
En las gradas y los alrededores del estadio fue escasa la presencia de efectivos policiales. Al lado del bus del Bóer si hubo presencia de cantidad considerable de policías, pero al parecer estos fueron llevados por la directiva del equipo capitalino.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 B
