Jeniffer Castillo Bermúdez
La educación pública de Nicaragua tiene muchos males. Tantos que los “esfuerzos” que se hacen para “mejorar” la educación resultan insuficientes y el Ministerio de Educación (Mined), hasta ahora, no demuestra que la educación del país es la “prioridad”, dice Rosa María Vivas, directora ejecutiva del Foro Eduquemos.
Pero también —dice Arríen— se tiene que revisar qué tipo de maestros de matemáticas están formando las universidades del país.
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El sistema educativo del país tiene insuficiencia “crónica” de capacitación docente, que es la columna vertebral de la calidad educativa, asegura el experto en educación, Mario Quintana.
También tiene insuficiencia de políticas públicas que “obliguen al país a cumplir con el calendario escolar para, por lo menos, acercarse a los estándares mínimos de calidad”, asegura Ernesto Medina, presidente del Foro Eduquemos.
A esto se suma —según Yadira Rocha, representante del Consejo de Educación de Adultos en América Latina (Ceaal)—, el abuso que el gobernante Frente Sandinista hace con los estudiantes.
En 2011 la Juventud Sandinista dispuso de buses para trasladar a los estudiantes de algunos colegios de Managua en horas de clases, a los estadios virtuales de futbol para ver los partidos entre el Barcelona y el Real Madrid. Lo hicieron en tres ocasiones, según los registros noticiosos.
El año escolar está conformado por 200 días de clases. De estos, casi un mes se van entre días feriados, reposición de feriados y actos partidarios.
“Qué podemos esperar de los estudiantes que no van a la escuela porque los llevan a ver un partido de futbol… o que participan en los actos partidarios”, cuestiona por su parte Medina.
Por eso —dice Rocha— los resultados en los exámenes de admisión de las universidades no van a cambiar de la noche a la mañana, porque el país lo que necesita es una transformación curricular que disminuya la “saturación” de temas, por ejemplo.
Este año, solo 136 de 2,400 estudiantes que realizaron la prueba de admisión en la Universidad Nacional de Ingeniería lo aprobaron con más de 60 puntos.
Las malas notas —según Diederich García, el estudiante de Río Blanco que sacó 100 puntos en el examen— se debe a que muchos temas que salieron en el examen no los habían visto en la secundaria.
“Eso es porque no hay una correspondencia entre los planes de estudio y la cantidad de días de clases… eso hay que revisarlo”, dice Rosa María Vivas, directora ejecutiva de Eduquemos.
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