Vladimir Vásquez
La venta del 84 por ciento de las acciones de Gas Natural es cada vez más pública, pero fuera de Nicaragua.
El diario La Nueva España publicó que las empresas TSK Electrónica y Electricidad y la andaluza Montajes Eléctricos y Fomento del Sur (Melfosur), están negociando la compra de la compañía para hacerse cargo del negocio de la distribución eléctrica.
Según la publicación, ambas empresas son de renombre en España y se encargan principalmente de ingeniería y construcción industrial.
En la nota periodística se destaca que ambas empresas tienen presencia en Nicaragua desde hace cuatro años y colaboran para las generadoras de energía del país.
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PIDEN ACLARACIÓN
Contrario a la información generada en el exterior, en Nicaragua los detalles siguen estando ocultos a la ciudadanía.
Para la presidenta en funciones de la Unión Demócrata Cristiana, Wendy Puertos, el manejo incorrecto de la información que se está proporcionando puede contener intereses ocultos.
Puertos cree que el negocio de la distribución eléctrica no está tan mal como aseguran el Gobierno y la misma empresa distribuidora, y no descarta que se busque incrementar la participación accionaria del Estado a corto plazo, a pesar que los funcionarios del Gobierno lo niegan rotundamente.
La UDC entregará a la Secretaría del Frente Sandinista una carta donde, entre otros puntos, exigirán que esta venta se haga de forma transparente y que el dinero resultante para el Estado pueda ser invertido en mejorar las escuelas públicas.
CONSUMIDORES CELEBRAN
El director del Instituto de Defensa de los Consumidores, Marvin Pomares, dice que a muchos consumidores les da alegría que Gas Natural se vaya de Nicaragua.
El problema —según explica— es que Gas Natural dejará “un mal sabor de boca a los nicaragüenses por las constantes quejas de alta facturación que denuncian los ciudadanos”.
Pomares señala la necesidad de instalar 250 mil medidores a nivel nacional y otros 200 mil postes que no han sido cambiados por la empresa española, la cual alega pérdidas anuales millonarias.
El presidente de Polaris Energy, Mario Arana, dijo que lo importante por el momento es que la empresa que compre haga las inversiones para reducir pérdidas técnicas y comerciales de energía que superen los cincuenta millones de dólares anuales. “Lo que al final nos debe preocupar es que se pueda mejorar el servicio y que se le dé estabilidad al sector”, dijo Arana.
Esos cambios llegarían al país luego que se concrete la venta de la empresa.
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