DAMASCO/AFP
Tan inflexible como cuando comenzó la revuelta, el presidente Bashar al Asad afirmó: “Tenemos la certeza de ganar” la guerra, en declaraciones ante políticos libaneses y difundidas ayer por un diario prosirio de Beirut. “Ello no quiere decir que todo está resuelto, tenemos mucho que hacer en política y en el combate contra los grupos terroristas extremistas”, agregó.
Ayer, los rebeldes se apoderaron de un retén militar en la carretera que conduce al aeropuerto internacional de Alepo, en el marco de la “gran batalla de los aeropuertos” en esta zona, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Mientras, el ejército afirmó que se preparaba a “limpiar” en las próximas 48 horas la zona controlada por los insurgentes, mientras que los combates continuaban en el lugar.
Por su parte, la Unión Europea prolongó hasta finales de mayo las sanciones contra Damasco. Estas sanciones fueron enmendadas para “proporcionar un apoyo no letal más importante y una asistencia técnica para la protección de civiles”.
Carla del Ponte, de la Comisión de Investigación Internacional de la ONU, afirmó en Ginebra que es hora de “que intervenga la justicia” internacional con respecto a los crímenes de guerra cometidos por los dos bandos en la guerra civil siria. Un informe de la comisión subraya que el bando gubernamental es el principal responsable de estas atrocidades, aunque señala a ambas partes.
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