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Pymes, el “gigante dormido” del turismo

Hasta el pasado 31 de diciembre, las pequeñas y medianas empresas (pymes) turísticas debidamente registradas tenían que invertir como mínimo 50 mil dólares para recibir beneficios fiscales. A partir del primero de enero de este año, con la entrada en vigencia de la Ley de Concertación Tributaria (LTC, Ley 822), el mínimo de inversión se redujo hasta 25 mil dólares, con lo cual se espera que se dinamice el sector.

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Wendy Álvarez Hidalgo y Gisella Canales Ewest

Hasta el pasado 31 de diciembre, las pequeñas y medianas empresas (pymes) turísticas debidamente registradas tenían que invertir como mínimo 50 mil dólares para recibir beneficios fiscales. A partir del primero de enero de este año, con la entrada en vigencia de la Ley de Concertación Tributaria (LTC, Ley 822), el mínimo de inversión se redujo hasta 25 mil dólares, con lo cual se espera que se dinamice el sector.

Esta disminución fue el resultado de al menos cuatro años de solicitudes y propuestas por parte de las pequeñas empresas para reformar la Ley 306, Ley de Incentivos para la Industria Turística, debido a que se veían excluidas de sus beneficios. Sin embargo, la propuesta inicial era reducir hasta cinco mil dólares el mínimo de inversión, para que las microempresas también recibieran los incentivos.

Gilberto Alcócer, directivo del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), explica que una vez se inició el proceso de consultas de la LCT se propuso reformar la Ley 306 clasificando los estratos de los montos de inversión según el tamaño de la empresa: se pedía bajar a cinco mil dólares la inversión mínima en los departamentos y 10 mil en Managua para las microempresas, 10 mil dólares en los departamentos y 15 mil en Managua para las pequeñas empresas y 20 mil en los departamentos y 30 mil dólares en Managua para las medianas empresas.

[doap_box title=”Ley de Incentivos” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

La Ley 306, Ley de Incentivos para la Industria Turística, tiene por objeto otorgar incentivos y beneficios a las personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, que se dediquen a la actividad turística.

Esta Ley fue aprobada en 1999 y establece una serie de incentivos para las inversiones en el turismo nacional.

[/doap_box][doap_box title=”Otros beneficios para el sector” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

La Ley de Concertación Tributaria en su artículo 294 también reforma los impuestos que se aplicaban a la importación de aeronaves, hidronaves, entre otros.

En el numeral 5.3.1 establece que las empresas de transporte aéreo certificadas por el Intur gozarán de “la exoneración de los derechos e impuestos a la importación, del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y de cualquier otra tasa o impuesto que recaiga en la compra” de aviones, avionetas, hidroaviones y helicópteros. Asimismo quedan libres de impuestos el combustible de aviación de cualquier clase, repuestos, entre otros.

El numeral 5.4.2 establece la exoneración “por una sola vez, de los derechos e impuestos y del Impuesto al Valor Agregado para la importación de hidronaves, yates, veleros, lanchas de pesca, aperos de pesca y embarcaciones para fines recreativos y accesorios para el deporte acuático. (Tales como planchas de surf y vela, esquis y equipos de buceo)”.

Para el experto fiscal René Vallecillo esta medida en la LCT traerá más beneficios al país “porque el turismo está creciendo aceleradamente” y estos incentivos permitirán acelerar más dicho crecimiento.

“Además del empleo que genera directa e indirectamente, entonces yo creo que este sector está en crecimiento y tiene un gran potencial, por lo tanto es uno de los sectores estratégicos para el desarrollo de Nicaragua”, destacó.

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“Nos plantearon la dificultad en este momento de hacer una aplicación tan a detalle, sobre todo a la microempresa, porque está tan atomizada y desorganizada. No tiene la capacidad organizativa, ni de control ni de registro para poderlos atender en este momento de esa manera”, menciona Alcócer. Es por ello que los empresarios accedieron a reducir la inversión mínima para acceder a incentivos a 25 mil dólares en los departamentos y 50 mil en Managua.

“Nosotros lo vimos realmente razonable porque una pequeña empresa para trabajar en turismo, poner una discoteca o un restaurante, realmente son los montos necesarios para hacer una inversión en el sector turismo”, añade, pero no descarta la idea que “con el tiempo” se puedan revisar nuevamente esos montos.

ANTEPONEN LA CALIDAD

¿Pero qué pasará con los microempresarios? Estos siguen al margen de los incentivos fiscales a la inversión turística. Alcócer lo admite, pero explica que una de las razones por las cuales se reformó de esa manera la Ley 306, fue para fomentar la inversión de calidad. “Ha venido creciendo la calidad del turista, si nosotros promovemos y fomentamos una inversión que no tenga calidad, el turista se nos puede ir”, advierte.

Con esta reforma se espera que “en la medida que haya inversión de calidad, esa calidad puede ir bañando a las microempresas y a las pequeñas empresas y se pueden ir sumando a esa calidad… en la medida que eso ocurra entonces podemos revisar el mecanismo de cómo se van a ver beneficiados con la reforma tributaria”.

Deyanira Mairena, directora ejecutiva de la Asociación de Propietarios de Pequeños Hoteles (Hopen), coincide en que con los nuevos montos el beneficio difícilmente podría llegar a las microempresas turísticas, cuyas inversiones anuales oscilan entre 2,000 y 10,000 dólares en el sector hotelero.

Mairena dice que también otro reto es avanzar en la formalización del sector de las micro, pequeñas y medianas empresas turísticas, al recordar que estos beneficios fiscales llegarán solo a aquellos que estén registrados, es decir formales.

EXPECTATIVAS ENTRE EMPRESARIOS

Los nuevos montos mínimos de inversión turística para gozar de incentivos fiscales están levantando una polvareda de entusiasmo entre los pequeños empresarios turísticos, que esperan recoger a mediano y largo plazo los frutos de esta nueva condición, con mejoras principalmente en la infraestructura de los negocios.

El directivo de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Sergio Argüello, estima que en los próximos años la inversión en el sector de las pymes turísticas podría crecer entre 5 y 10 por ciento, aunque admitió que eso dependerá de varios factores, como por ejemplo, de la difusión de ese beneficio fiscal entre los propietarios de negocios, porque son muchos los que desconocen el contenido de la Ley 306.

“Hay mucha gente que no sabe que existe la Ley, hay propietarios de negocios que hacen la inversión y después cuando se van al Intur (Instituto Nacional de Turismo) ya han pagado todos los impuestos”, apunta Argüello.

Pero el sector no solo batallará con la laguna de desconocimiento que existe de la Ley, también deberá cumplir con la tramitología que se requiere para llegar a gozar de esos beneficios tributarios. Argüello y la presidenta de Hopen, Sandra Mejía, coinciden en que ese será uno de los mayores retos del sector en cuanto a esos incentivos.

Es cierto que reducir los mínimos era necesario, admite el directivo de Canatur, pero la verdadera necesidad, considera, es “simplificar los trámites” . “Exigen estudios, te exigen un montón de cosas. Tal vez lo que se necesita es diseñar un manual o una forma para que el Intur beneficie de forma directa al dueño del negocio”, enfatiza.

Argüello explica que actualmente se tiene que acudir a la Junta de Incentivos y una vez que esta aprueba el proyecto de inversión, se debe solicitar las exoneraciones a priori, “todo esto es un costo adicional para las pymes turísticas”.

Mejía reconoce que obtener los beneficios no es sencillo, pero aun así dicen que el haber bajado la cuota de inversión es un gran logro. “Es un aliciente para el sector y ahora vamos a presionar para que se simplifiquen esos procedimientos”, afirma.

Según cálculos de Conimipyme, los efectos de esta reforma tendrán un “período de maduración” de unos dos años y podrían percibirse hasta en cinco años.

“Al cabo de cinco años nosotros estimamos que la generación de empleo principalmente sea por lo menos de un diez por ciento con relación a lo que se genera hoy con el sector. Cada año podría haber unos dos mil, tres mil empleos nuevos. Por otro lado, estimamos que el incremento del turismo de calidad cada año podría ir sumando un diez por ciento anual”, avizora Alcócer.

Mairena, directiva ejecutiva de Hopen, explica que los efectos de la Ley, que se sentirán a mediano plazo, serán palpables en la ampliación de habitaciones, adquisición de equipos para uso del sector y otros.

Insiste en la necesidad de una nueva reforma a la Ley para que se asigne una cuota a las microempresas turísticas. Pero por ahora el sector celebra lo que logró con la reforma a la Ley 306 que hizo la LCT.

Economía pymes Turismo archivo

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