Washington/EFE/AFP
Después de relegar a América Latina en su primer mandato, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja el jueves a México y el viernes a Costa Rica, en su primera visita a la región en su segundo mandato, con una agenda de desarrollo, aunque sin escapar a los álgidos temas del narcotráfico y la migración.
Las visitas de Obama a la región “siempre son significativas debido a su compromiso con la expansión de nuestros vínculos económicos con los países de América Latina”, expresó Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, en su rueda de prensa diaria. “Eso será buena parte de este viaje. Nuestra relación con México es especialmente vital e importante económica y culturalmente y en otras formas, y ese sigue siendo el caso… hemos trabajado estrechamente con el Gobierno mexicano en asuntos de comercio y desarrollo económico”, agregó Carney.
SOBRE INMIGRACIÓN
Ambos gobiernos firmaron hace pocos días una nueva etapa del plan para destinar mayores recursos a la prevención y la justicia. El golpe de timón es promovido por Peña Nieto, quien ha prometido modificar la estrategia militar contra el narcotráfico de su predecesor Felipe Calderón, bajo cuyo sexenio se registraron más de 70,000 muertes y enfocarse en bajar la violencia.
[/doap_box]
Carney señaló que Obama hablará en términos generales sobre la necesidad de reformar el sistema de inmigración para abrir una vía hacia la ciudadanía para los indocumentados y “reforzar la seguridad nacional”. Además, aseguró que la relación de EE. UU., con Centroamérica “es vital en muchas formas” y no está ceñida únicamente al tema migratorio, si bien reconoció que es algo que interesa a la región.
De concretarse, la reforma migratoria beneficiaría a unos 11 millones de indocumentados en EE. UU., buena parte de ellos procedentes de México y del istmo. “Nuestra relación con esos países es vital en lo que se refiere a nuestro intercambio económico y otros asuntos, y estoy seguro que estos también serán abordados”, puntualizó.
Obama se reunirá el jueves con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y al día siguiente viajará a Costa Rica como invitado especial de la cumbre del Sistema de Integración Económica (SICA).
NARCOVIOLENCIA
La administración Obama, que ha promovido relaciones con la región de igual e igual, ha buscado “desnarcotizar” sus relaciones con los países agobiados por el narcotráfico, como los de Centroamérica. Esta vez difícilmente podrá esquivar el tema, cuando se han disparado los niveles de violencia y se multiplican las voces que demandan alternativas a la guerra contra el narcotráfico, inclusive con mandatarios proponiendo la legalización de drogas.
Obama viaja en “un momento complicado”, porque el debate antidrogas en la región “ha cambiado mucho”, en un contexto en que “América Latina es menos dependiente de los Estados Unidos”, expresó el experto de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), Geoff Thale.
Por el istmo pasa el 90 por ciento de la cocaína que viaja a EE. UU., el principal consumidor del mundo. La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ha dicho que la región replanteará la lucha antidrogas a Obama.
El presidente salvadoreño Mauricio Funes dijo recientemente en Washington que espera arrancar a Obama un mayor compromiso antidrogas.
Estados Unidos mantiene en la región la iniciativa antidrogas Carsi, a la que ha dedicado unos 500 millones de dólares. Pero en medio de limitaciones presupuestarias, a Washington le costaría mucho hacer anuncios de más ayuda. De la visita se esperan “más señales políticas que compromisos específicos, ni dinero, por cierto“, concluyó Geoff Thale.
Ver en la versión impresa las páginas: 8 A