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Humberto Belli Pereira

No se puede amar sin pensar

¿Puede dañar el amor? La pregunta me la hice recientemente al asistir a una misa dedicada a la memoria de un distinguido profesional. En su tiempo había sido miembro del movimiento “Cristianos Revolucionarios”. Los acordes de la misa campesina, más las palabras del oficiante y los discursos, me transportaron a la década de los setenta.

Era una época de gran agitación. Tiempos en que un sector de católicos sintió que el amor al pobre exigía un compromiso político con la transformación revolucionaria de la sociedad. Numerosos religiosos, estudiantes y profesionales, abrazaron entonces una causa que exigía mucha entrega y riesgos. Algunos perdieron la vida —entre ellos— dos jesuitas que estimé mucho en secundaria.

No me cabe duda que entre los caídos y sobrevivientes de estas luchas hubo motivaciones nobles: querían ser fieles al evangelio; soñaban con un mundo nuevo, sin injusticias y miseria, y con un hombre nuevo, sin egoísmo o maldad. El problema fueron los resultados. Cayeron los opresores, los campos quedaron regados de cadáveres y hubo una gran destrucción. Pero los pobres, aquellos por los que se sacrificó tanto, eran al final más pobres y más numerosos. Tampoco había surgido el “hombre nuevo” o campeado la justicia.

Algunos podrán encontrar una satisfacción estética o emocional recordando la mística del esfuerzo, el valor del testimonio o de la acción heroica. Pero si se juzga todo desde la óptica de su contribución a la redención de los oprimidos, los resultados fueron francamente decepcionantes. Más aún si se sopesa el inmenso costo que cobraron.

Podrá recurrirse a muchas argumentaciones para tratar de explicarlo: que no nos dejaron, que la guerra o el imperialismo saboteó el esfuerzo, etc. Pero en el fondo son pretextos. Muchos de los protagonistas del drama revolucionario reconocen ahora que en buena medida se equivocó el camino —por eso hoy caminan distinto— y los pocos “Cristianos Revolucionarios” que quedan ya no llaman a conquistar la tierra prometida.

¿Qué ocurrió? A los idealistas y militantes que lucharon por un mundo mejor no les faltó compromiso, coraje o nobleza. Pero sí les faltó conocimiento sobre la ruta adecuada. En lugar de indagar serenamente qué vías podrían sacar a los pueblos de la pobreza, muchos adoptaron ideologías que ofrecían alcanzar el cielo en la tierra, a través de la fuerza. Marginaron así la importancia que otorga el cristianismo a la conversión personal y compraron el mito marxista del socialismo liberador y la sociedad sin clases.

La lección es clara. Grupos, movimientos o individuos, llenos de buenas intenciones y sensibilidad social, pueden causar graves daños, incluso a los que buscan beneficiar, si carecen de las ideas correctas.

En Nicaragua no hemos tenido déficit de individuos valientes y de gran corazón. Pero sí de mentes donde predomine la razón. Desprovistos de su luz que ilumina el andar, hemos comprado mitos, mentiras y simplificaciones, o apoyado irreflexivamente acciones contraproducentes, a veces con resultados trágicos. Por eso decía Michael Novak que uno de los mayores imperativos morales —y de caridad, podríamos añadir— es pensar con claridad.

Lograrlo no es fácil. Hay que empeñarse a fondo en que sea la razón, y no el corazón, el capitán del barco. Un deber sagrado de todos los que quieren hacer el bien social es pensar bien, estudiar mucho, informarse, analizar con serenidad las realidades y alternativas. Esto exige el cultivo del intelecto y también el esfuerzo por evitar que la emotividad o las pasiones subordinen a la inteligencia. Es bueno tener corazón, pero la cabeza debe estar arriba. Una Nicaragua mejor exige pensar mejor.

El autor es sociólogo, fue ministro de Educación.

Ver en la versión impresa las páginas: 11 A

Columna del día Opinión campesina católicos Numerosos archivo

COMENTARIOS

  1. Silvio
    Hace 11 años

    Mr. Belli, y cuales son esas “ideas correctas” a las que se refiere? No, me conteste. Ya se su respuesta. Las ideas de Margaret Thatcher, Ronald Reagan y la “mano invisible” quienes sus paladines intelectuales a los que tanto admira.

  2. Nicanor
    Hace 11 años

    Pensar bien, diría, más que mejor. El mejor se mide por resultados. Los intelectuales que siempre piensan mejor nunca han servido para líderes de una sociedad o comunidad donde se imponen, a la par, otras cualidades. !Cuidado! ésos que “hoy caminan distinto” son como los que se hacen cirugías estéticas para despistar.

  3. Silvio Avilez Gallo
    Hace 11 años

    El déficit de razonamiento es una plaga que afecta a la sociedad moderna, incluidos los llamados intelectuales. El hombre parece haber renunciado a la facultad y el privilegio de pensar, que lo distingue del resto de los animales. Los que detentan el poder afirman que “pensar es peligroso” porque quienes piensan no comugan con ruedas de carreta. El Dr. Belli ha tocado un tema trascendental: cómo mejorar la educación para que el ser humano piense, no precisamente con el hígado sino con la men

  4. Ramon
    Hace 11 años

    El problema es la lucha por el poder. En ese campo de batalla los que que estan en desventaja son los pobres.

  5. 5-Mentarios
    Hace 11 años

    Siempre los pobres hemos sido USADOS en todos los terrenos, en los 70s los piricuacos se tomaban las iglesias CATOLICAS, las pintaban con slogans, hacian orgias, y la GN los respetaba, esos mismos que promovian la destruccion con su tal ROBOLUCION, nos usaron como ESCUDOS HUMANOS, para crear HEROES y MARTIRES; en los 80s nos olvidaron mas bien nos reprimieron, ellos se conviertieron en acaudalados BURGUESES odiosos comunistas, pero el tufo no se les cayó, ahora tienen millonadas y los pobres?

  6. Poto Barrios
    Hace 11 años

    A los que abogan por las libertades públicas y la libre empresa, se les insta a meditar sobre algunos logros de los gobiernos de USA y Gran Bretaña. Con Ronald Reagan Estados Unidos recuperó su economía y el respeto mundial que había perdido con el inepto Jimmy Carter, de tan grato recuerdo para los sandinistas. La Thatcher eliminó el asistencialismo estatal,mejoró la economía y contribuyó a que Rusia adoptara la democracia y al mercado libre. El paternalismo impide el desarrollo.

  7. Byron
    Hace 11 años

    El comunismo fracaso. Nadie lo empujo, se cayo solo, porque no sirve. No promueve el desarrollo, no incrementa la produccion, al contrario la destruye, Crea miseria, desabastecimiento, escasez. Desde 1917 han querido imponerlo en el mundo y se derrumba una y otra vez, no es suficiente? Esta demostrado hasta la saciedad que no funciona, pero para algunos no basta, quieren mas. Basta con echar un vistazo, pensar un poco y es obvio: NO FUNCIONA, PUNTO.

  8. Byron
    Hace 11 años

    SILVIO: El capitalismo no sera perfecto y puede ser hasta cruel, pero es lo mejor que el hombre ha creado hasta la fecha para producir bienestar y desarrollo para todos. El comunismo produce miseria, por eso se cae. Miren a Cuba, a Venezuela, debatiendose en la escasez. En esta misma edicion hay un reportaje sobre las medicinas en Venezuela, no hay, la gente se muere por falta de una aspirina. Eso quieren los orteguistas para Nicaragua?

  9. mrsito
    Hace 11 años

    Palabras que pesan: falto conocimiento sobre la ruta adecuada. Podran, los disidentes,construir la ruta adecuada?

  10. Silvio
    Hace 11 años

    Parece que Poto y Byron viven en el pasado y no ven los problemas que enfrenta el mundo HOY con el capitalismo salvaje. Calentamiento global, tráfico de personas, esclavismo, concentración de riqueza en el 1%, desempleo alto, etc. La semana pasada murieron más de mil trabajadoras en una fábrica de ropa de lujo en Bangladesh. Me encantan las ideas correctas que nos están llevando a la auto-destrucción del planeta!

  11. Poto Barrios
    Hace 11 años

    Calentamiento global es un proceso incontrolable de la naturaleza, las erupciones volcánicas y las erupciones solares son factores. Pero los países que más contribuyen con sus emanaciones son neo capitalistas salvajes como la China de Mao, la ex Rusia soviética, y la India entre otros. Estados Unidos es la única nación capitalista “salvaje” que cumple con las regulaciones pertinentes. Trabajo de esclavos lo tuvo Rusia y la China donde aún persiste. El marxismo el sistema más inhumano.

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