WASHINGTON/AFP
Estados Unidos condenó en duros términos el lunes los atentados con bomba contra dos mezquitas chiitas en Irak, y llamó a la calma, en medio de una creciente ola de ataques sectarios.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que “condenamos con fuerza los atentados perpetrados estos últimos días en Irak y estamos profundamente preocupados por la frecuencia y naturaleza de los recientes ataques”.
Durante su conferencia de prensa diaria Carney mencionó sobre todo “los atentados con bomba de hoy (lunes), los ataques contra las fuerzas de seguridad iraquíes en (la provincia) de Anbar durante el fin de semana y una serie de ataques contra barrios y mezquitas suníes y chiíes”.
Irak fue sacudido a partir del domingo por una nueva ola de ataques que dejaron 89 muertos.