Elízabeth Romero
Desde el 22 de agosto de 2012 Amanda Valle-Peters, de la fundación Nicaragua Christian Relief Ministries, está a la espera de que la Dirección de Servicios Aduaneros les libere cinco contenedores con donación enviada de Estados Unidos, para beneficiar a diversos sectores del país.
La mercadería, que es de segunda mano, está valorada en setenta mil dólares, pero la retención le ha ocasionado gastos a esa organización. Valle-Peters calcula que las pérdidas totales alcanzan ya los cien mil dólares.
Critica que pese a que esa fundación lleva 20 años ayudando a personas de extrema pobreza en el país, esta es la segunda ocasión que Aduana tarda en entregar la mercadería que al final, ya no sirve.
En 2010 pasó igual y del total del donativo, solo el cincuenta por ciento servía, lamentó la denunciante que recurrió ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
El donativo le permitiría asistir al menos a unas 1,200 familias, de Ocotal, Somoto, Waslala, El Crucero y varios barrios de Managua, entre otros. Además a hospitales como el Aldo Chavarría.
“No me dicen nada, no sé lo que pasa… Que me entreguen los contenedores para asistir a estas personas ”, dijo Valle-Peters.
Entre las cosas que están en Aduana destacan los materiales de construcción para construirle la casa a Blanca López, una viuda con tres hijos discapacitados.
El abogado Pablo Cuevas dijo que enviarán una carta al director de Aduana, Eddy Medrano, para instarle que liberen esa mercadería. Cuevas dijo que estas actuaciones de funcionarios desmotiva a las organizaciones que buscan ayudar a sectores pobres del país.
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