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Cristiana Guevara-Mena

Persiguiendo molinos de viento

Don Quijote de la Mancha es una novela escrita en el siglo de oro de la literatura española, en la que Cervantes relata la historia de Alonso Quijano, un hombre cuyo único interés son los libros de caballería. Esta lectura le lleva a pensar que su deber es ayudar a los necesitados y luchar contra supuestos gigantes, que en realidad son solo molinos de viento, en nombre de la libertad y la justicia. Don Quijote nos enseña que se puede decir la verdad sin miedo a las consecuencias, luchar por una causa justa, y mantener siempre nuestros valores y convicciones.

Los que queremos una Nicaragua mejor nos encontramos siempre con muchos obstáculos que nos impiden la lucha por la justicia. Existe un sistema mafioso de gobierno que pretende controlar todo, invasivo y abusivo, decidido a aniquilar a todo aquel que amenace su dominio en el poder. Sin embargo, el pueblo está cansado de tantos atropellos y batallas perdidas, al punto que en sus conciencias hoy reina la desconfianza y desilusión, y en esa sensación de abandono se conforman con limosnas y lo que hay. No son muchos los que aún luchamos con cualquier herramienta a la mano por una causa más grande que nosotros mismos. ¿Podemos realmente luchar todos contra ese gigante, que no es más que un molino de viento, para crear un mejor futuro para todos? ¿Son posibles los héroes en Nicaragua como Don Quijote de la Mancha?

La crisis moral, social, política y económica del país es cada día más asfixiante para la mayoría de la población. Los precios de los servicios básicos, los alimentos, el combustible van cada día más caros, porque la banda del Gobierno que los impone hace negocio vendiéndolos al más alto precio, mientras que Venezuela les ha entregado estos años pasados el petróleo a bajo costo. Los salarios no dan para vivir una vida digna. La brecha de desigualdad social es cada vez más grande, donde unos pocos son los que se dan la gran vida y la mayoría sufre la más humillante miseria.

En esta orfandad social, los ciudadanos sentimos que el Ejército y la Policía Nacional no protegen a nadie sino a sus propios intereses económicos, representando con su actuación el símbolo más vivo del servilismo y la prebenda. La Asamblea Nacional, que debería de ser la primera fila de real oposición, es un mercado donde compra barato el equipo de Gobierno. Los autollamados “líderes de la oposición” no hacen más que mentir sin asco por los medios de comunicación y negociar con la pandilla de poder los derechos del pueblo, para poder mantener su estabilidad económica.

Somos una nación secuestrada por gente sin escrúpulos que aplica la “ley de la selva”, donde la corrupción y la inseguridad ciudadana están a la orden del día. Las líneas telefónicas y de internet están más interferidas que nunca y no tenemos ningún tipo de privacidad. No tenemos la garantía de un sistema judicial donde todos los ciudadanos sean iguales ante la ley. Los abusos violentos a la ciudadanía nicaragüense de parte del grupo de poder aparentemente no cesan porque no hay quién los detenga. Según ellos, han logrado domesticarnos, intimidarnos, adormecernos, y convencernos con su discurso meloso y mentiroso comprando nuestras conciencias con limosnas y regalos. Creen que ya no tenemos fuerzas, ni valor, ni organización para responder adecuadamente a tantos atropellos. Aparentemente, la ciudadanía está abandonada y desamparada.

Los valores que nos enseña Don Quijote son la fe en la justicia, el afán de libertad, el valor y el amor, aunque al final sea “un caballero de la triste figura” como diría Sancho Panza. En este sentido, los que luchamos por una Nicaragua mejor nos parecemos a Don Quijote por lo débil y solos que estamos frente a un “gigante”, que no es más que un molino de viento con las aspas rotas por lo que sucede hoy en el mundo, sin más viento político que lo mueva.

Aunque pareciera que nuestra lucha no tiene razón de ser puesto que nuestra verdad no tiene por el momento posibilidad de cambio, le pregunto a usted, conciudadano lector: ¿Cree que los que creemos en una Nicaragua mejor estamos perdiendo nuestro tiempo luchando contra una causa perdida, o vale la pena luchar por nuestra amada Nicaragua? A usted le corresponde con sus actos, la respuesta, ahora es tiempo de comenzar. La autora es abogada.


Opinión Cervantes Don Quijote archivo

COMENTARIOS

  1. Byron
    Hace 11 años

    El nombre de Don Quijotre es Alonso Quijana, no Quijano.

  2. Denso
    Hace 11 años

    Vale la pena lo ultimo,Cristiana;luchar y salvar a la patria ahora mismo ante que se torne mas dificil,y tienes mucha razon con eso de que los chamukos no son mas que molinos de vientos del siglo en que los vio Alonso Quijano,desvencijados como son los viejos y malvadoschamukos,que de sabios para hacer el bien,nada tienen,solo son un par de vivianes que han sabido aprovechar las ambiciones del ser humano en su beneficio;todos los cabecillas de las instituciones,tan malvados como ellos o peores

  3. monina
    Hace 11 años

    pues si, eso nos toca a todos nosotros, tenemos que hacer el esfuerzo de ser organizados, disciplinados, leer, de levantarnos temprano y hacer nuestras tareas del colegio y de la Universidad, por muy pobres que seamos, mientras no halla ese espiritu de disciplina, dictadores se aprovecharan del pais y nos trataran como cero a la izquierda, nos usaran como esclavos de sus fincas, y nosotros los nicas nos merecemos un mejor presidente!!

  4. Hace 11 años

    como reza el refran, por algun lugar hay que empezar porque no hay mal que dure 100 anos y cuerpo que lo resista.

  5. LOS MOLINOS PERSIGUEN A LOS NICAS
    Hace 11 años

    Usted escribe bien, la felicito El problema es que en Nicaragua todo es al revés, somos un pueblo sin misión histórica, nunca arrancamos, nos confundimos en el laberinto de grandezas que solo existen en sueños y alucinaciones y por eso la poesía es la principal aspiración. Carecemos de visón sobre el destino No perseguimos molinos de viento, los molinos persiguen a los nicaragüenses y ni siquiera nos damos cuenta Nos perdemos en el laberinto de quimeras verbales

  6. Hace 11 años

    Ese es el grave problema de nuestra socieda, muchos apaticos, otros cuantos yo que pierdistas, un buen numero de los que saben del problema pero la desconfianza de perder con el otro y no dejarse dominar por alguien mas los sume en la desconfianza, y prefieren quedarse en el vacoio politico en que existen, y los que si desean un verdadero cambio, pero queencuentran las barreras de las tradiciones politicas de nuestro patio politico criollo o las trancas del autoritario gobierno que nos domina,

  7. Jacinto Ortega Aleman
    Hace 11 años

    mi bella e inteligente Cristiana, solo en los comentarios puedes observar otra parte d los males q nos aquejan, el Sr. Byron se luce corrigiendo tu error d forma sin aportar al debate d fondo, eso me recuerda el cuento d las langostas nicaraguenses, vos estas tratando d llegar a la orilla del barril pero nada q ver, siempre habra otra langostita nica q hale al fondo…

  8. Los Molinos de la Libertad somos Nosotros!!!...
    Hace 11 años

    Hay Cristianita…siempre tan elocuente!…pero despues de todo, que
    podemos hacer para para mejorar nuestra imagen?. Lo mas ironico
    de la alegoria del Molino Quijotesco, es q’el viento no siempre esta
    ra a favor de quienes nos ofenden, porque progresivamente y con
    absoluta certeza, las aspas tendran que ser reemplazadas por otras
    nuevas para que sigan girando. Por eso hay que prepararnos concien
    zudamente, para cambiar el curso del viento y empezar a volar con
    las alas de la Libertad!

  9. jose m. fernandez.
    Hace 11 años

    Cristina,no estamos perdiendo el tiempo,por ley natural todo tiene principio y fin,y la situacion politica actual de Nic. no es una exepcion,todo es cuestion de tiempo,el proceso evolutivo es inexorable y los va a alcansar con el tiempo.Mi preocupacion es lo q’ va a pasar despues del cambio,y si iremos a tener un verdadero cambio,y no otra dictadura.Hay q’ tener cuidado con lo q’ uno desea,y ser muy cauteloso con los deseos e intenciones q’ esconden los Quijotes y sus Sanchos.

  10. Pedro Arauz
    Hace 11 años

    A veces Dios nos manda calamidades para que busquemos el bien, tu lo estas hacienda al igual que muchos de nosotros. Gracias por tu mensaje!

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