DAMASCO/AFP/EFE
La oposición siria acusó ayer al régimen de Bashar al Asad de matar a 1,300 personas en un ataque con armas químicas en varias localidades en los alrededores de Damasco, pero Rusia, aliado del presidente al Asad, la acusó de haber planificado una provocación.
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En vídeos distribuidos por la oposición, cuya autenticidad no pudo ser confirmada, se ven decenas de personas exánimes yaciendo en el suelo, entre ellos numerosos niños. Ninguno presenta heridas aparentes. En uno de los vídeos se ve a niños recibiendo oxígeno para ayudarlos a respirar en un hospital de campaña. También aparecen médicos intentado reanimar a otros menores inconscientes.
Testigos en Guta Oriental describieron síntomas y métodos de disparo propios de armas químicas en el ataque, informó Human Rights Watch (HRW). Habitantes y médicos señalaron a HRW que cientos de personas, incluyendo muchos niños, murieron aparentemente asfixiados.
“Los médicos y testigos describen detalles horribles de lo que parece un ataque con armas químicas”, señaló en la nota el responsable para Oriente Medio de HRW, Joe Stork. Los testigos señalaron que, aparentemente resultaron afectadas varias poblaciones como Zamalka, Ayn Tarma y Moadamiya, y que “creen que eran armas químicas transportadas por misiles lanzados desde zonas de la ciudad de Damasco controladas por el Gobierno”, agrega el comunicado.
La operación se concentró en Muadamiya al Sham, en el suroeste de la capital, que el Ejército trata de retomar, precisó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
ESCEPTICISMO
George Sabra, uno de los jefes de la oposición estimó que esta matanza hacía imposible una solución política del conflicto. “El régimen sirio se mofa de la ONU y de las grandes potencias cuando ataca cerca de Damasco con armas químicas cuando la comisión de investigación internacional se encuentra a unos pasos de las víctimas y de las regiones atacadas”.
Paula Vanninen, directora de Verifin, el instituto finlandés para verificación de armas químicas, se mostró “no totalmente convencida” del uso de gas sarín. “Las personas que ayudan a las víctimas” en el vídeo “no llevan ropa de protección ni máscaras y si fuera el caso, habrán sido contaminadas y víctimas de los mismos síntomas”.
Para Gwyn Winfield, especialista en armas químicas, “no hay informaciones de que los médicos o las enfermeras hayan muerto, lo cual nos lleva a pensar que no es lo que consideramos gas sarín militar, pero podría ser gas sarín diluido”.
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