El exjefe del Ejército chileno Juan Emilio Cheyre renunció a la dirección del Servicio Electoral de su país tras las críticas recibidas por haber entregado a un niño en un convento en 1973, cuyos padres fueron asesinados durante la dictadura militar (1973-1990).
“He decidido presentar mi renuncia a la presidencia de su consejo directivo” (del Servicio Electoral), dijo Cheyre en una breve rueda de prensa el miércoles por la noche.
“Creo que esta decisión contribuye a que esta institución pueda seguir desarrollando sus actividades con normalidad y sin verse afectada por temas que le son ajenos”, agregó Cheyre.
Pese a la dimisión, Cheyre continuará siendo parte del Consejo Electoral (Servel), institución que debe organizar las elecciones nacionales del 17 de noviembre próximo. “La presencia de Juan Emilio Cheyre en la presidencia del Servel es un contrasentido que no contribuye en el fortalecimiento de la democracia”, dijo horas antes Mireya García, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Cheyre fue criticado tras reconocer que entregó a un niño de dos años cuyos padres, el argentino Bernardo Lejderman y la mexicana María Rosario Ávalos, fueran fusilados por miembros del Ejército meses después de instalada la dictadura de Augusto Pinochet. Ambos habían llegado a Chile tras el triunfo del derrocado presidente socialista Salvador Allende.
El exmilitar dijo que cuando era teniente, a sus 25 años, recibió la orden de entregar al niño Ernesto Lejderman luego de haber sido informado que sus padres se suicidaron al ser cercados por una patrulla militar. La justicia chilena investigó el caso y liberó a Cheyre de responsabilidades, aunque condenó a tres ex oficiales del Ejército a cinco años de prisión por el asesinato del matrimonio Lejderman-Ávalos.
“Hago presente que mi conciencia está en paz y los asuntos judiciales y de todo orden en relación pública y privada, me siento libre de todo cuestionamiento legal y ético”, afirmó Cheyre. Tras ser cuidado por las monjas, Ernesto Lejderman fue llevado a Argentina para ser criado por sus abuelos paternos. El caso resurgió por una serie de entrevistas concedidas por el niño, hoy de 42 años, semanas antes de que se cumplan 40 años del golpe militar en Chile.
Cheyre y Lejderman coincidieron la noche del martes en un programa de Televisión Nacional de Chile, donde sostuvieron un tenso enfrentamiento. “No tengo espíritu de revancha. No le deseo a Cheyre ni a ningún genocida lo que pasé yo”, dijo Lejderman. “Siento que en Chile ha habido verdad como en ningún país”, respondió Cheyre, que estuvo al mando del Ejército entre 2002 y 2006, cuando reconoció la responsabilidad del Ejército en las violaciones a los derechos humanos pero no pidió perdón. La dictadura de Pinochet finalizó el 11 de marzo de 1990, con un saldo de más de 3.000 muertos.
