Moisés Martínez y AP
Las inversiones en telecomunicaciones de la empresa Xinwei, propiedad del ciudadano chino Wang Jing, quien además fue adjudicado de dedo para construir el canal interoceánico en Nicaragua, han quedado a deber en muchos países, de acuerdo con un reporte especial preparado por la agencia de noticias AP.
En base a reportes de su red de corresponsales, AP comprobó que en al menos ocho países donde Xinwei dice tener operaciones, se desconoce de la existencia de la compañía.
En otras naciones, las inversiones prometidas por la empresa de telecomunicaciones llevan un severo atraso en su desarrollo. Una de esas naciones es Nicaragua.
La empresa dice tener operaciones en al menos 20 países en el mundo, incluyendo Nicaragua. La agencia de prensa destaca en su reporte que cuando se anunció la adjudicación de dedo de la concesión del canal, el presidente inconstitucional Daniel Ortega exaltó las capacidades de Wang Jing para enfrentar el megaproyecto, usando de ejemplo las supuestas inversiones exitosas de Xinwei en materia de telecomunicaciones.
Xinwei no atendió la solicitud de una entrevista de AP para la preparación del reporte, pero sí le envió una respuesta por escrito a la agencia de prensa.
“Si bien al menos algunas de las iniciativas de Xinwei en China parecen haber sido exitosas, la empresa de Wang ha estado involucrada en varios proyectos menores que han tropezado con problemas. Las promesas de Xinwei de construir revolucionarias redes de telecomunicaciones aún no se han hecho realidad. Y sus acuerdos con entidades locales han sufrido arranques en falso y no han dado los resultados esperados”, cita el reporte de AP.
“En 12 de los 20 países donde Xinwei Telecom Enterprise Group y empresas asociadas dicen haber hecho negocios, la AP no encontró evidencia alguna de proyectos grandes y exitosos vinculados con la firma”, añade el reporte.
En el caso de Nicaragua, el titular de Telcor, ente regulador de las telecomunicaciones, Orlando Castillo, aseguró en enero pasado para justificar la concesión de la licencia de operación a Xinwei, que esta estaba preparada para invertir 700 millones de dólares.
Según los reportes de AP, en otros ocho países donde opera la empresa, analistas y firmas de telecomunicaciones dijeron que no habían oído hablar de la compañía china o Xinwei no dio suficientes datos sobre sus socios o los proyectos como para que se hiciese una investigación de su marcha.
XINWEI ADMITE PROBLEMAS
La empresa con sede en Beijing le dijo a la AP por escrito que adelantaba proyectos en al menos cinco países y que busca inversionistas para nuevas redes de telecomunicaciones que costarán miles de millones de dólares en Rusia y Ucrania.
Admitió que había tenido problemas en varios países, que van desde competencia desleal de otras firmas que bajan demasiado sus precios hasta demoras en la obtención de licencias del Gobierno.
“La compañía crece rápidamente. Planea ser una empresa de primer nivel mundial en este campo en cuestión de años. Avanzamos hacia ese objetivo y sabemos que queda mucho por hacer”, dijo Xinwei. “Históricamente, Xinwei ha sido un abastecedor de equipo de telecomunicaciones comprometido a trabajar con los clientes para ayudarlos en la construcción y operación de sus redes, pero el progreso de cada proyecto depende de los planes de nuestros clientes”.
La compañía fue fundada en 1995 como una rama de la empresa estatal China Datang Corp. Producía una tecnología de telecomunicaciones inalámbricas ofrecida como alternativa a la tecnología dominante empleada en buena parte del mundo.
La empresa parece haber tenido éxito en China, consiguiendo contratos con el Estado y con firmas privadas. Pero esa tecnología no ha prendido en el exterior, lo que contribuyó a los problemas financieros que enfrentó la firma antes de que Wang asumiese el control en el 2010.
En este reporte se relataba como Wang Jing era un desconocido en el poderoso gremio de empresarios chino, hasta que el presidente inconstitucional Daniel Ortega lo catapultó a la fama mundial cuando le adjudicó de dedo el contrato para la concesión de la construcción del canal interoceánico.
En una entrevista con el Financial Times, Wang Jing aseguró que cuando el canal esté a su máxima capacidad generará 5,500 millones de dólares en ingresos anuales.
Estas cifras fueron cuestionadas debido a lo extremadamente ambiciosas, ya que el Canal de Panamá, con cien años de operación obtenido ingresos por 2,318 millones de balboas (en paridad con el dólar) y que había entregado a Hacienda 1,043 millones de balboas, la mayor cifra de recaudación en 12 años, según datos publicados en medios de prensa del país canalero.
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GOBIERNO DE NICARAGUA LES ENTREGÓ MESA SERVIDA
Xinwei vino a Nicaragua de la mano de Laureano Ortega, hijo del presidente Ortega, quien funge como directivo de la agencia ProNicaragua, entidad progubernamental que se encarga de captar inversiones para el país.
Poco después de prometer millonarias inversiones en el sector de las telecomunicaciones nacional, Telcor, impulsó un proceso de licitación internacional de la mejor banda de telefonía celular disponible, diseñado para favorecer a Xinwei y excluir al resto de oferentes.
Una investigación periodística de LA PRENSA publicada en noviembre del 2011, reveló que el proceso de licitación de la banda para telefonía móvil 1785-1805 megahertz estableció que no podrían participar concesionarios previamente establecidos para prestación de servicios que tengan asignados 80 megahertz en bandas para brindar telefonía fija, móvil, transmisión de datos, acceso a internet y acceso inalámbrico fijo (router) y móvil (módem), lo cual excluyó de hecho a los dos operadores tradicionales en el mercado nacional: Claro y Movistar.
Pero además exigió que cualquier operador interesado en hacer una oferta debería documentar una experiencia mínima de dos años como prestador del servicio de telecomunicaciones, utilizando estándares fijos de tercera y cuarta generación, como el sistema de acceso inalámbrico de banda ancha AMDC sincronizada (UIT-R.M.1801-1).
El problema con este tipo de tecnologías no radica en su funcionabilidad, sino en que esta es usada solamente en China y el sudeste asiático, por lo cual ninguno de los otros grandes operadores de telecomunicaciones en la región latinoamericana podían participar en el concurso.
El proceso fue una reedición de la licitación con la cual se favoreció a la empresa rusa Yota de Nicaragua, cuya vinculación a la familia presidencial fue documentada por otra investigación periodística de LA PRENSA en 2009.
Las publicaciones de este Diario revelaron además que Xinwei solo habría pagado por la adjudicación de esta banda un monto mínimo de 20 millones de dólares, cuando dada la calidad de la banda que le fue adjudicada por el gobierno orteguista, esta incluso podría haber alcanzado casi los 100 millones de dólares.
Sin embargo, el titular de Telcor, Orlando Castillo, nunca se ha referido públicamente a cuánto fue lo que habría pagado la empresa de Wang Jing por la banda de telefonía móvil.
AMBICIONES DE WANG JING
AP señala que la página de internet de Xinwei dice que sus principales mercados son los de telecomunicaciones, seguridad pública, campos petrolíferos, redes eléctricas, conservación de agua y transporte y comunicaciones de emergencia.
En la mayoría de los países la firma parece haberse concentrado en la venta al por mayor de equipo para comunicaciones inalámbricas. Pero en Nicaragua y Camboya sus objetivos son mucho más ambiciosos y ha tratado de construir y operar redes inalámbricas de voz y datos.
“Si ha comenzado a funcionar en cualquiera de sus mercados, todavía no ha tenido impacto alguno”, expresó Laura Holland, directora de investigaciones en el campo de las telecomunicaciones de la consultora privada Business Monitor International. “Hasta donde sabemos, Xinwei no tiene experiencia como operadora de telecomunicaciones comerciales”, dijo ante la agencia de prensa.
LAS DUDAS SOBRE EL CANAL
La agencia de prensa hace eco de que estos tropiezos de Wang Jing están generando inquietudes entre empresarios locales, líderes de la oposición y expertos que dudan que este empresario chino poco conocido sea capaz de construir un canal de más de 210 kilómetros, un proyecto monumental que ha sido contemplado y abandonado numerosas veces a lo largo de los siglos.
“Estos son proyectos de una magnitud que los supera”, sostuvo Derek Scissors, investigador que estudia las inversiones chinas en el exterior para la Heritage Foundation, al ser consultado por AP. “Hoy por hoy, (el proyecto del canal) es un ardid publicitario”.
“Muchos en Nicaragua creen que los antecedentes de Xinwei son un mal agüero para el canal, un viejo sueño de las empresas involucradas en el comercio mundial. El proyecto fue considerado varias veces por Estados Unidos en el siglo XIX, antes de que Washington decidiese invertir en un canal más corto en Panamá que es visto como uno de los grandes logros de la ingeniería. Wang y otros dicen que un canal nicaragüense podría admitir barcos más grandes que el panameño y beneficiarse del creciente comercio entre Asia y Estados Unidos, que pronto desbordará las capacidades del actual canal”, cita el reporte especial de AP.
“No podemos creer que se va a construir un canal interoceánico por esta empresa, cuando a estas alturas no ha puesto ni una sola línea telefónica ni ha hecho nada de lo que anunció. Todo es mentira”, dijo recientemente el diputado opositor Eliseo Núñez, citado por la agencia de prensa.
En junio, el gobierno sandinista promulgó en poco tiempo una ley que le daba a Wang Jing una concesión por un siglo para construir y administrar el canal, sin una licitación pública y con menos de una semana de debate en el congreso.
Wang recibió la luz verde a cambio de diez millones de dólares al año cuando el canal empiece a funcionar, más una participación de un uno por ciento que sube un diez por ciento con cada década que pase.
“Esa es una ganancia mucho menor que la que ofrecen muchas empresas privadas por el derecho a realizar grandes proyectos en otras naciones en desarrollo, de acuerdo con Noel Maurer, profesor de la Business School de Harvard que estudia los manejos de las empresas en países inestables, sobre todo en América Latina, al ser consultado por AP.
“Es un negocio terrible para Nicaragua”, aseguró Maurer, autor del libro del 2010 La gran zanja: Cómo Estados Unidos tomó el control, construyó, administró y finalmente cedió el Canal de Panamá (The Big Ditch: How America Took, Built, Ran, and Ultimately Gave Away the Panama Canal).
Las autoridades nicaragüenses justifican todo lo actuado y dicen que las empresas chinas están involucradas en algunos de los proyectos de construcción más ambiciosos del mundo.
“Quienes tienen dudas, se oponen al proyecto por razones políticas”, expresó hace poco Manuel Coronel, viceministro de Relaciones Exteriores.
Bob Prieto, vicepresidente senior y experto en grandes proyectos de infraestructura de Fluor, una de las firmas de ingeniería y construcción más grandes del mundo, calculó que el proyecto tendría que generar mil millones de dólares al año para resultar rentable, según un costo estimado de 40,000 millones de dólares.
Para ello, el canal nicaragüense tendría que tener al menos la mitad de tráfico que el Canal de Panamá, que es más corto.
“Es mucho pedir —opinó Prieto—. Si estos costos son reales, las cifras no cuadran”, de acuerdo a la agencia de prensa.
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