El que boxea, le dio una lección al que intentaba pescar una oportunidad. Pero no hubo siquiera un destello de potencia que pudiera camuflar la ausencia de ideas y de variantes, en una noche en la que Floyd Mayweather Jr. volvió a demostrar que es el rey en esta era del pugilismo, en la que el estilo ha prevalecido sobre la sustancia.
Incluso, Mohammad Ali tuvo a Joe Frazier, pero ¿Floyd Mayweather? Quizá habrá que pensar en Danny García, quien se impuso claramente a Lucas Matthysse, y sigue invicto después de 27 compromisos.
Y, aunque su estilo no termina de entrar en la consideración popular, amante del boxeo de antes, Mayweather sigue convertido en el rey.
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Mayweather le dio una “cacheteada” a Saúl “Canelo” Álvarez, que lo hizo lucir como un aprendiz, o a lo mejor es solo eso, a pesar que se presentó al MGM Grand de Las Vegas, como la mejor posibilidad para bajar de las nubes al excéntrico boxeador estadounidense, tan pendiente de su defensa, como de sus ingresos tras el combate.
Pero Mayweather, peleador maduro y elástico, veloz y elusivo, que sabe presionar sin exponer un centímetro su defensa, exhibió su colección de recursos para edificar una victoria que resultó abrumadora, más allá de lo que mostró la tarjeta de la señora C. J. Ross, quien probablemente fue al baño, mientras la paliza se materializaba.
¿Qué pasó con el “Canelo”?
Desde el inicio, Mayweather comenzó a tomar el control y lo hizo a través de su relampagueante jab, que preparó el terreno para sus disparos rectos y ascendentes que no pudieron ser anticipados por el “Canelo”, quien cuando intentó responder, lo hizo al vacío, porque su rival ya estaba en otro lado, y lo castigaba desde un ángulo distinto.
Quizá lo esencial para el éxito de Mayweather, es que fue él, fiel a su estilo de pegar, moverse, esquivar y volver al ataque, sin descuidar su defensa. El “Canelo” en cambio, en lugar de salir a embestir, por si acaso lo agarraba, intentó boxear al principio, es decir, no fue él, y cuando quiso variar su plan, Floyd ya estaba en control del asunto.
Lo más probable, es que también de ese modo pudo haber perdido, pero quizá pudo haber evitado la tumba que sufrió y que arrancó lágrimas a la legión de seguidores aztecas, que pensaban ahogar sus penas por el desplome de su futbol, con un triunfo de su naciente ídolo boxístico.
Pero tendrán que esperar a que Mayweather salga del escenario. Mientras eso no ocurra, hay que prepararse para continuar viéndolo triunfar, más allá de la carencia de fuego en su boxeo.
millones fue la bolsa de Floyd Mayweather la noche del sábado, sin incluir los ingresos que obtendrá por derechos de televisión y pague por evento, que son muy estimables.
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