TEHERÁN/AFP
Los dirigentes iraníes saludaron este domingo el acuerdo provisorio con las grandes potencias sobre su programa nuclear, que aliviará las sanciones y que, según Teherán, reconoce su derecho a enriquecer uranio en su territorio.
“Hay que agradecer al equipo de negociadores nucleares este logro”, afirmó el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, en una carta al presidente Hasan Rohani. “La gracia de Dios, las plegarias y el apoyo de la población son sin duda la razón de ese éxito”, agregó Jamenei, subrayando que “siempre hay que resistir a las exigencias excesivas” de los otros países en materia nuclear.
Hace algunos días, el guía supremo, que tiene la última palabra en las decisiones estratégicas del país, incluyendo en materia nuclear, afirmó que no había que ceder en las “líneas rojas” del enriquecimiento de uranio. Su apoyo al gobierno evitará las eventuales críticas de los ultraconservadores.
“En el acuerdo, el derecho al enriquecimiento de uranio en el territorio iraní fue aceptado (…) y la estructura de las sanciones comenzó a resquebrajarse”, subrayó el presidente Rohani en una declaración televisada.
“Cada uno puede tener su propia interpretación, pero el derecho de Irán a realizar el enriquecimiento de uranio está claramente mencionado en el texto”, agregó Rohani, en respuesta a las autoridades estadounidenses, según las cuales el texto no reconoce ese derecho.
“Yo digo a la nación que las actividades de enriquecimiento continuarán como en el pasado en Natanz, Fordo o Ispahán”, declaró Rohani, que reiteró que “Irán nunca trató y nunca tratará de fabricar el arma atómica”.
“El enriquecimiento de uranio es nuestro derecho y si nosotros suspendimos el enriquecimiento a 20% es una decisión voluntaria”, afirmó por su parte Alí Akbar Salehi, el jefe de la Organización iraní de Energía Atómica.
“Voluntad seria” de continuar negociaciones
En una carta al guía supremo, el mandatario iraní quiso tranquilizar a los vecinos de Irán, sobre todo a las monarquías sunitas del Golfo, que están preocupadas por el desarrollo del programa nuclear de la República Islámica, afirmando que el acuerdo con las grandes potencias era “en el interés de los países de la región y de la paz mundial”.
Sin embargo, Irán ha sido acusado por los países del Golfo de apoyar militarmente al régimen del presidente sirio Bashar al Asad y de alimentar la inestabilidad en Bahréin y Yemen, a través de las minorías chiitas de esos países. Rohani subrayó tras la firma del acuerdo que Irán estaba “dipuesto a cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para disipar todas las ambigüedades y las dudas” sobre el programa nuclear del país.
“Nosotros tenemos una voluntad seria de continuar las negociaciones” hacia un acuerdo global, agregó el mandatario, que resaltó el compromiso de las grandes potencias a levantar las sanciones internacionales que pesan sobre su país, que posee las segundas mayores reservas de gas y las cuartas de petróleo.
Las “grandes potencias se comprometieron a levantar todas las sanciones cuando terminen las negociaciones, tanto las sanciones de las Naciones Unidas como las sanciones estadounidenses y europeas”, destacó el presidente iraní.
“Estoy orgulloso de que este éxito haya sido obtenido antes del 100º día de mi presidencia”, concluyó el presidente iraní, que asumió el cargo el 3 de agosto, y cuyo gobierno fue aprobado el 15 de agosto.