Leonor Álvarez, Eduardo Cruz y Emiliano Chamorro
El presidente inconstitucional Daniel Ortega Saavedra nombró al mayor general en retiro Oscar Balladares Cardoza como asesor presidencial para asuntos de infraestructura, con rango de ministro, en la primera manifestación del ejecutivo desde que se conoció que se iba a mandar a retiro a este jefe militar, rompiendo con 20 años de tradición de la cadena de mando del Ejército.
La información fue dada a conocer la tarde de ayer, a través del portal oficialista El 19 Digital, donde solo se detalla que esta acción se hizo mediante el Acuerdo Presidencial No. 271-2013.
Aún así, las diferentes interpretaciones sobre la salida de Balladares del Ejército no se han hecho esperar, como la de la poetisa y escritora Gioconda Belli, quien ve esto como un “mal augurio”.
Belli escribió en su cuenta de Twitter que este acontecimiento es un “mal augurio” y expresó su preocupación por la “alteración” de la cadena de mando militar.
- askjdhfkljasasdfjashdfkljasdfhlaskdfasdf
[/doap_box][doap_box title=”Primero en pasar a retiro” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Balladares es el primer jefe del Estado Mayor en pasar a retiro y no ser nombrado comandante en jefe. El jefe del Estado Mayor es el segundo cargo en la jerarquía de las Fuerzas Armadas y, tradicionalmente, es propuesto por el Consejo Militar para ser elegido como comandante en jefe, el más alto rango militar.
Balladares, de 52 años y 33 de servicio, fue jefe de Operaciones y Planes y jefe del Comando de Operaciones Especiales (COE), la tropa terrestre de élite del Ejército, y en 2001 lideró un operativo que desarticuló un grupo irregular que operaba en el Caribe Norte de Nicaragua.
[/doap_box]
“Preocupada por el Ejército. Eso de Balladares es una alteración al estatuto. Mal augurio. No se toca a Dios con las manos sucias”, expresó en esa red social la escritora, autora de la novela El país de las mujeres , ganadora del Premio Latinoamericano de Literatura La Otra Orilla 2010.
Por su parte, el exjefe del Ejército, general Humberto Ortega Saavedra, expresó que sigue opinando tal como lo expresó en su libro La odisea por Nicaragua , en el cual planteó que la institución castrense debe permanecer como una instancia de la nación que conserva su profesionalismo, apoliticidad y la obediencia a un poder civil “sin partidarismo en la figura del presidente de la República, enmarcados en la Constitución Política” y en las leyes del país.
En este libro, Ortega también manifiesta que se debe “respetar estrictamente los mecanismos de la maquinaria profesional castrense, asegurando sin interrupción los cambios establecidos por su estructura orgánica piramidal de cada cinco años”.
Consultado sobre el cambio que se realizó dentro del Ejército, de mandar a retiro al “número 2”, el hasta hace poco jefe del Estado Mayor, general Óscar Balladares, Ortega dijo a LA PRENSA que sobre ese tema no brindaría declaraciones, pero que en su libro está su posición al respecto y la misma está “bien clara y vigente”.
En su libro Ortega dice que el respeto estricto a los mecanismos del Ejército “es una condición indispensable, por ser el Ejército una institución sujeta escrupulosamente al Código Militar, norma estable nunca alterada”.
AHORA SÍ ES DICTADURA
Además, Humberto Ortega —quien recientemente aseguró a empresarios que en Nicaragua no hay una dictadura—, recalca en su libro que el autoritarismo en la actualidad nicaragüense es una deformación del “producto democrático” que surge de la revolución y se consolida en la paz, pero solamente se “podría ejercer la dictadura si el Ejército y la Policía se despojan de su carácter nacional, y se vuelven sus instrumentos” de quien pretenda instalar una dictadura.
Edmundo Jarquín, excandidato vicepresidencial, considera que el presidente inconstitucional Daniel Ortega pretende crear su propia “guardia pretoriana”.
“El actual Código Militar que impide a Ortega inmiscuirse en la organización y escalafón del Ejército era una garantía frente a los desmanes caudillescos de (el expresidente Arnoldo) Alemán en su oportunidad y de Ortega ahora, porque aislaba al Ejército de la contaminación de intereses partidarios, políticos y personales”, opina Jarquín sobre esta legislación militar que actualmente está en consulta en la Comisión de Gobernabilidad de la Asamblea Nacional, para su reforma.
Agrega que afectar el escalafón “arriesga a que progresivamente las fuerzas armadas pasen a ser una guardia personal pretoriana del gobernante de turno, en este caso, Ortega, quien además tiene pretensiones de eternidad”.
Elvira Cuadra, investigadora y especialista en temas de seguridad, asegura que no era necesario sacar a Balladares de la línea de sucesión, porque las reformas constitucionales recién aprobadas permiten a Ortega nombrar oficiales militares en cargos públicos sin tener que dejar el servicio activo. Valoró que retirar a Balladares solo viene a confirmar que no era una persona de confianza para la Presidencia.
Cuadra asevera que con el retiro de Balladares se rompe con veinte años de tradición, que el mismo Ejército había establecido para cambiar la cadena de mando militar.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 A ,1 A