Ginebra/ EFE
El Vaticano esquivó ayer ante el Comité sobre los Derechos del Niño, de la ONU, ofrecer información detallada sobre aspectos relacionados con los casos de abuso sexual de menores por miembros del clero, en un ejercicio en el que intentó demostrar su determinación para prevenir nuevos delitos.
La sesión estuvo centrada sobre las sanciones contra los responsables de pederastia y quienes ocultaron casos de este tipo, y las medidas para proteger a los niños bajo custodia o influencia de religiosos. Asimismo, se pidieron aclaraciones sobre las reparaciones materiales, psicológicas y morales para las víctimas. No hubo respuestas claras.
En más de cinco horas, la única referencia en cifras, la hizo monseñor Silvano Tomasi, representante de la Santa Sede ante la ONU, en Ginebra. Señaló que para 2012 documentaron 612 casos de abuso sexual que involucraban a personal del clero, de los que “465 eran más serios” y “418 fueron abusos de menores”.
Sin embargo, organizaciones civiles que representan a las víctimas afirman que solo en Estados Unidos se registraron desde los años 60 más de 100,000 casos, sin contar que en países como Irlanda “este tipo de violencia era sistemática”, comentó la jurista Pam Spees, del Centro sobre Derechos Constitucionales de EE. UU. Según las investigaciones y datos recopilados por esta entidad, “sería posible que se tratase de cientos de miles de víctimas”.
A la sesión asistieron hombres y mujeres víctimas en su adolescencia de abuso sexual por parte de sacerdotes. Lamentaron que el Vaticano no haya informado sobre medidas que, en su opinión, realmente hubiesen revelado un giro en su actitud ante esta problemática.
En lo que sí estuvo de acuerdo monseñor Charles Scicluna, juez de la Congregación de la Doctrina para la Fe y que codirigió la delegación, fue en la necesidad de dar mayor importancia a la formación y a evaluación psicológica de aspirantes a sacerdote.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A