Gloria Picón Duarte
A pesar de que gran parte de lo aprobado en las reformas a la Constitución Política, que entran en vigencia hoy, se habían puesto en práctica por la vía de hecho, políticos y analistas señalan que en el corto plazo las cosas pueden empeorar.
El diputado Eliseo Núñez Morales, miembro de la Bancada Alianza Partido Liberal Independiente (Bapli), explica que el primer efecto inmediato que quizá podríamos ver es el de los decretos ejecutivos de aplicación general, que podría dictar el presidente inconstitucional Daniel Ortega, ya que tiene aspectos pendientes.
Núñez pone como ejemplo la negociación del salario mínimo, ya que está pendiente pasarlo, ya sea una vez al año o bianual como lo pidió la empresa privada; “eso podría hacerlo vía administrativa en perjuicio de los trabajadores”, dice Núñez.
La reforma fue aprobada en su totalidad el pasado 28 de enero por los diputados sandinistas y el voto del diputado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Wilfredo Navarro.
El experto en derecho constitucional, Julio Icaza, coincide con Núñez e indica que si bien hay antecedentes de decretos dictados por Ortega que afectan a la ciudadanía, como el de la reforma al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), ahora tendrá la puerta abierta para obviar discusiones y batallas políticas en el parlamento, porque a pesar de tener mayoría y con ello aprobar lo que quiera, los debates en el parlamento pueden representar victorias morales y políticas para quienes están en minoría.
“Esto (decretos) le permite rehuir a ese campo del juego y simplemente hacer reformas a las leyes, a través de esa facultad”, dice Icaza.
ESPIONAJES YMILITARIZACIÓN
Mientras tanto, el especialista en derecho constitucional, Gabriel Álvarez, indica que a corto o mediano plazo podríamos ver mayor represión ciudadana, espionaje político, porque aunque la Constitución prohíbe el espionaje político, con las reformas, a los militares se les otorgaron competencias de búsqueda y procesamiento de información estratégica para el Estado para proteger la seguridad nacional.
“Los ciudadanos no vamos a darnos cuenta, pero vamos a estar más vigilados, eso va a conducir a más represión, porque los militares que van a procesar la información van a ver enemigos por todos lados y en esa medida habrá mayor represión”, asegura Álvarez.
Pero Álvarez indica que esta vigilancia y represión no va a ser solo para el ámbito político, sino que va a repercutir en lo social, mercados, transportistas, estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, etc.
Para Icaza, en las elecciones del 2016 se verá otro efecto de las reformas, ya que además de que Ortega tiene vía libre para buscar la reelección, se eliminó el requisito de que el presidente electo tiene que alcanzar el 40 por ciento de los votos válidos o el 35 por ciento si hay una diferencia porcentual de cinco puntos con su contrincante más cercano; “bastará con un voto que saque demás o que se lo robe” para reelegirse.
A criterio de Álvarez, otro de los efectos de las reformas a mediano plazo sería el desmejoramiento del clima de negocios, que hasta el momento ha sido favorable para los empresarios. “Empezará a descomponerse, porque la inversión extranjera no analizará positivamente el resultado global de las reformas, porque cuando el poder se concentra y se eliminan los límites y controles, tienden a producirse sistemas más inestables y terminan colapsando”.
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