Amalia del Cid
Un día como hoy, hace 83 años, Managua sucumbió ante un relativamente leve terremoto de 5.8 grados en la escala de Richter. Por entonces la capital era pequeña y encantadora, tenía unos cien mil habitantes y 7,005 casas, la mayoría de taquezal, según archivos históricos.
Era el 31 de marzo de 1931, precisamente un Martes Santo. La tierra tembló a las 10:20 de la mañana, cuando los mercados capitalinos estaban llenos de compradores que se preparaban para los días de abstinencia, reflexión y suspensión total de actividades, cuenta el psicólogo social Marvin Saballos en el artículo 80 años del terremoto de Managua en 1931 .
El terremoto se originó en la “falla del Estadio” y destruyó totalmente 833 edificios. Entre ellos estuvieron el Palacio Nacional, el Palacio de Comunicaciones, los mercados Central y San Miguel, el Teatro Variedades, La Casa del Águila, los templos de Candelaria, San Antonio, San Pedro y la Penitenciaría Nacional.
El saldo de víctimas es inexacto, pero se estima que cobró entre mil y dos mil vidas.
Por la tarde —relata el historiador Roberto Sánchez en un reportaje publicado en LA PRENSA en abril de 2007—, muchos cadáveres habían sido sepultados en el nuevo cementerio al occidente de la ciudad. Y al día siguiente, “cuando los cuerpos comenzaban a descomponerse, se recogían y llevaban al mismo cementerio donde se había abierto una gran fosa”. En los días posteriores —dice— se quemaban en el sitio donde los encontraban, para que no se los comieran los perros y los cerdos.
Fue ese el Martes Santo más triste en la historia de Managua.
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