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Un recorrido por los orígenes de la música norteña de Matagalpa y Jinotega se proyecta en un documental de cincuenta minutos; Como los sinsontes de las cañadas, producido por el escritor Erick Blandón y el cineasta Iván Argüello L.
El vídeo reúne fuentes vivas de la tradición oral de está música, la explicación académica de estás melodías y las fuentes bibliográficas recopiladas por Blandón.
El filme, es una crónica visual de cuidadas y bellas imágenes fotográficas sobre el paisaje norte y cómo sus gentes viven la música, deja al descubierto la acertada puesta en escena de la cámara del francés Stephane Pillón, al igual que la voz narrativa en todo el filme de Naraya Céspedes y el sonido Luis Fuentes.
Blandón dice que a través de su guion desea mostrar ese diálogo del conocimiento académico con el saber local.
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“Es un documental que plantea algunas tesis, entre ellas que la música del norte es totalmente diferente a la del resto del país. A pesar de provenir de Europa, en las cañadas, se logra crear un nuevo género, tal es la hibridez de géneros que a veces se funden la polka, el vals, la mazurca, para dar un nuevo género que algunos llaman, el jamaqueo, juanestepes (one steps), como lo explica los músicos en la película”, dice Blandón.
El escritor también enfatiza “que la otra tesis es que el origen de toda esta música y cómo llegó al norte, que no es a través de los europeos sino de los músicos nicaragüenses formados en las escuelas musicales que entonces habían en la Catedral de León, músicos como José de la Cruz Mena, Alejandro Vega Matus llegan a influir mucho”, explica.
LOS ACADÉMICOS
Para el cineasta Iván Argüello, el documental “no reivindica la música, sino que la estudia”. Debido a que serán algunos músicos con formación académica que en el filme hablarán sobre el fenómeno, como Alfredo Barrera, fundador del Museo de la Música Nicaragüense, fallecido recientemente, que explicarán sobre la música norteña.
También participan en este diálogo los músicos Ramón Rodríguez y Raúl Martínez, director e integrante de la Camerata Bach respectivamente, y Donald Chamorro, director del Grupo Kinteto. Interviene de manera protagónica Carlos Mejía Godoy, no solo por ser el cantautor nicaragüense de mayor reconocimiento mundial, sino por ser quien impulsó el rescate y proyección de esta música, junto a otros recopiladores de la tradición cultural del norte como Francisco “Paco” Montenegro, Eddy Altamirano y Wilmor López.
DON MENCHO GONZÁLEZ
No obstante, en la crónica aparecen músicos de origen campesino de Matagalpa y Jinotega como Mercedes “Mencho” González, Milton “Melitón” Sequeira, Isabel “Chabelito” Tercero y Epifanio López, fundador de Los Soñadores de Saraguasca, que confrontan sus saberes musicales sobre las polkas, las mazurcas, los jamaqueos, los valses, los corridos y juanestepes (one steps) con los académicos.
Respecto a la participación de los músicos campesinos, Blandón refiere: “Los actuales intérpretes y compositores de esta música en la película va a decir: ‘Yo siempre he tocado esta música’ y primera vez que se que viene de Europa, para ellos ya está internalizada, la tesis que yo planteo con mis estudios culturales y poscoloniales está rompiendo con lo cultural, conservador, y tradicional que se ha venido sosteniendo, que el centro y norte del país era parte del Pacífico y no es así”.
Por su parte, Argüello argumenta que el filme “muestra cómo la zona Ulúa de Matagalpa tiene características diferentes al resto del país”, y reconoce que la tarea de promoción de esta música la inició Salvador Cardenal, Carlos Mejía Godoy y Wilmor López.
El cineasta también agrega que “nosotros demostramos que esta música no fue introducida en la época del café, sino que llegó antes al país, ya se conocían y bailaban”.
Como los sinsontes de las cañadas fue preestrenado en Matagalpa con la presencia de algunos participantes del vídeo en la que destaca monseñor Estanislao García, de 99 años, quien dice que está música es como el lamento del campesino del norte.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B
