Matthias Dietrich (*)
Ya es una costumbre que en este tiempo se hable de la responsabilidad del sector empresarial en todos los ámbitos del desarrollo actual.
No es nada negativo eso, más bien es natural, si el sector empresarial es parte importante de nuestra sociedad y motor del desarrollo socioeconómico, de eso surgen también responsabilidades específicas para este sector.
Lo que tenemos que entender mejor es que las responsabilidades de este sector no solo se pueden reducir a la obligación de aportar financieramente y/o de servir de “bombero” apagando “fuegos” donde siempre aparecen.
La responsabilidad del sector empresarial es más bien una corresponsabilidad y genera al mismo tiempo la obligación de todas partes de la sociedad de involucrar a este sector en la búsqueda de soluciones integrales.
El tema del cambio climático y de la defensa del medioambiente es un tema que abre muchas oportunidades para aportes específicos del sector empresarial, porque con sus actividades económicas él influye en muchas ocasiones directamente en el medioambiente y eso puede tener consecuencias positivas o negativas.
Las consecuencias pueden ser negativas si las empresas no tienen una política de la defensa del medioambiente y de la adaptación al cambio climático. Eso por ejemplo, se refleja en altos consumos de energía, agua y otros recursos naturales, en deforestaciones o en prácticas de mono cultivo.
Aquí no seguimos la línea de que las empresas son responsables de todo, pero tenemos que subrayar que la empresa moderna (no importa si es grande o pequeña) tiene que analizar el impacto de sus acciones y defender al medioambiente.
Sabemos muy bien que el cambio climático que se produce en nuestro mundo es una realidad y difícilmente lo podemos erradicar a estas alturas, pero sí, podemos adaptarnos a este cambio climático tanto personas como empresas.
La Responsabilidad Social Empresarial en uno de sus siete ejes, anima a las empresas a dedicarse a la defensa del medioambiente. Definir y aplicar programas en las empresas para su adaptación al cambio climático es una forma concreta de como ellas pueden influir en el mejoramiento de condiciones climáticas y por ende medioambientales de nuestro mundo.
En Nicaragua tenemos muchas empresas que conscientemente han desarrollado sus programas para defender al medioambiente, me permito mencionar algunos ejemplos: Centrolac, Navinic, Casur y otros ingenios azucareros, Holcim, B2Gold, Cargill, Yazaki y Gildan.
Lo importante e impresionante es que una empresa no necesariamente tiene que ser grande para participar en la defensa del medioambiente como lo demuestran Chiles de Nicaragua, Café Las Flores o Hanter Metal.
Con el apoyo de la cooperación de Suiza, UniRSE está ejecutando un proyecto que tiene como objetivo tener al final del año en curso unas treinta empresas con su propio programa específico de adaptación al cambio climático y un equipo de consultores que nos permita invitar a otras empresas interesadas en desarrollar sus programas al respecto. Esto es un aporte del sector empresarial al Plan nacional de la adaptación al cambio climático.
(*)Director de UniRSE
Ver en la versión impresa las páginas: 2 C