Erasmo Ramírez exorcizó los demonios que lo habían atenazado y al menos anoche, volvió a ser el lanzador de magistral control y precisión quirúrgica al mezclar sus disparos, que había sido reemplazado por un muchacho titubeante y acorralado por la angustia.
Aunque al final perdió 3-1 ante los Mets de Nueva York en el Safeco Field de Seattle, quedó constancia de su retorno con paso firme a las Grandes Ligas, al extremo de haber empatado su marca de ponches (10) en una salida que merecía un mejor final.
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Aunque eventualmente perdiera, Ramírez se había lucido durante su estadía. La última carrera de los Mets fue ante Tom Wilhensem.
Después de su labor de anoche, el nica, Erasmo mejoró a 4.35 su promedio de efectividad, en una de la mejores faenas de su carrera.
En la temporada, Ramírez tiene 1-5 en 12 juegos iniciados, 60 entradas lanzadas, 60 hits, 10 jonrones, 29 carreras limpias, 31 bases por bolas y 52 ponches propinados.
Los 10 ponches de anoche, empatan la marca personal de Erasmo en las Mayores y su labor en general, debe asegurarle permanecer en el equipo para otra salida.
Su recta se movió a 90-92, mientras su cambio osciló en 80-82.
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Ramírez abandonó la colina tras lanzar siete estupendas entradas, en las que admitió dos carreras limpias y cinco hits, pero asestó los 10 ponches, que fueron sus mejores aliados en momentos difíciles. Además, los Marineros no lo ayudaron a la ofensiva.
Un parpadeo fue la mancha de sopa en el mantel. Ocurrió en el segundo inning, cuando los Mets le fabricaron las dos carreras, en las que se combinaron un disparo alto del nica, con un fildeo precipitado del jardinero central, James Jones, sobre batazo de Travis d’Arnaud.
El ataque inició con hit del veterano Bobby Abreu. D’Arnaud metió línea que debió ser sencillo si Jones no se apura intentando capturar de aire. Ahí se estableció el 1-0, que se transformó en 2-0 al instante, cuando Rubén Tejada conectó sencillo al jardín central.
Sin embargo, a partir de ese momento, Ramírez retiró en fila a los siguientes ocho bateadores, incluyendo a cuatro por la vía del ponche, en un tramo sublime de su jornada monticular ante el conjunto de Nueva York.
La hilera de dominados de forma sucesiva se detuvo con golpe al panameño Tejada, pero no el dominio del nica, quien pese a propinar otro golpe en el inning siguiente, apretó con gente en base y extendió su cadena de ceros.
Los Mets agredieron a Erasmo en un inning, pero su peor enemigo fue Jacob deGrom, quien apenas dejó pronunciar palabra a los Marineros en una gran presentación.
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