La búsqueda de supervivientes se suspendió este viernes en Hiroshima, al suroeste de Japón, ante el riesgo de nuevos corrimientos de tierra en la ciudad, donde el último balance oficial de víctimas es de 39 muertos y 51 desaparecidos.
Decenas de hogares se vieron sorprendidos en la madrugada del miércoles por el deslave ocurrido en las laderas de las montañas que rodean Hiroshima, el cual sembró el caos con una descarga de toneladas de barro, piedras y cascotes.
“Los equipos de rescate han sido evacuados por miedo a nuevos aludes de barro”, anunció un funcionario de policía de Hiroshima.
“Hemos sido informados de que la forma de la montaña, por lo que se ve, ha cambiado. El viceministro encargado de la gestión de desastres, Yasutoshi Nishimura, nos ha ordenado que suspendamos las operaciones en ciertas zonas”, añadió un portavoz del Ayuntamiento de Hiroshima, Takatoshi Okamoto.
Desde el jueves por la noche se están produciendo fuertes lluvias de forma intermitente en la zona afectada, adonde han concurrido 2.800 rescatistas, entre ellos soldados.
La prefectura de Hiroshima ordenó este viernes a más de 4,400 personas que abandonen sus casas y recomendaron a otras 164.000 hacer lo mismo. Otras 30.000 podrían recibir esta instrucción, que no es de obligado cumplimiento.
Cientos de hogares están asimismo privados de electricidad y/o agua corriente. El balance de muertos sigue estabilizado en 39, pero el número de desaparecidos ha aumentado y hace temer que el número final se duplique.
“Al principio contamos sólo a la gente de la que estábamos seguros que había desaparecido, por ejemplo por testimonios de personas que los vieron arrastrados por el lodo. Pero el número aumenta a medida que evaluamos la situación”, explicó a la AFP un portavoz de la policía de Hiroshima.
Cerca de 200 casas se han visto destruidas o inundadas por los deslizamientos de tierra, en especial en los barrios de Asaminami y Asakita, al pie de una montaña boscosa. Según un informe gubernamental, se produjeron unos 30 corrimientos de tierra simultáneos.
Se temen nuevos daños
Más mortíferos que muchos terremotos en Japón, donde las construcciones parasísmicas son eficaces, estos torrentes de tierra en parte líquida y mezclada con bloques de piedra son consecuencia de lluvias torrenciales. En el caso de Hiroshima, cayó en el espacio de tres horas tanta agua como en un mes normal, según los meteorólogos.
Las autoridades tienen ahora miedo de un desastre en cadena. Visto el estado actual de los suelos, basta en teoría con un poco más de lluvia para que haya nuevos deslizamientos.
Según las previsiones meteorológicas, la tarde de este viernes habrá lluvias fuertes, y las precipitaciones continuarán hasta el sábado por la tarde, con pocas interrupciones. Hiroshima es la región de Japón considerada la más proclive a sufrir este tipo de tragedias debido a la naturaleza inestable de sus tierras.
En otras regiones, afectadas asimismo por lluvias torrenciales, se han dado alertas en prevención de corrimientos de tierras, incluyendo varias ciudades y barrios de las provincias de Fukuoka y Nagasaki (suroeste).
En la ciudad de Shime, en la provincia de Fukuoka, un policía de 21 años murió arrastrado por la corriente cuando estaba evaluando el estado de una carretera. En la misma provincia, las autoridades de la ciudad de Chikushino recomendaron a sus 102.000 habitantes que evacuaran su domicilio.