Gloria Picón Duarte
María Elsa Frixione, funcionaria de la Procuraduría General de la República, negó que en Nicaragua se violentara el derecho a la libertad de expresión.
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Para Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), desde que Rosario Murillo fue nombrada secretaria de Comunicación del Gobierno (2007) y definió su política de comunicación centralizada para no producir información “contaminada”, desde ese momento empezó a tratar como “virus, bacterias o microbios a los medios de comunicación independientes y sus periodistas”, violentando con ello la libertad de expresión en el país.
“Lo que querían decir es que su información salga como quieren transmitirla, eso significaba el anuncio de la exclusión de poder tener acceso a la información y de informar de los medios de comunicación independientes”, indica Núñez.
Para la defensora de Derechos Humanos los principales violadores del derecho a la libertad de expresión, la cual no solo es un derecho de los periodistas sino de la población en general, son Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, porque el principal responsable de que las leyes se cumplan es el presidente, quien en cambio burla acuerdos internacionales y nacionales que ha suscrito.
Las autoridades de Gobierno han indicado en diversos momentos que en Nicaragua hay irrestricta libertad de expresión, dado que toda persona puede decir lo que quiera. Sin embargo, Núñez indica que si hasta ahora se puede decir algo, se debe al mérito y riesgo que asumen algunos medios de comunicación independientes y los periodistas mismos.
Durante el gobierno de Arnoldo Alemán en el 2001, también hubo un retroceso a la libertad de expresión, ya que el presidente se caracterizó por mantener una actitud confrontativa con los periodistas, así como la utilización de la publicidad estatal como mecanismo de presión.
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